La idea de captar en imágenes a los mamíferos, surgió de un proyecto de clase. El producto final: unos curiosos videos y una cartilla que fue distribuida en la comunidad del extremo norte de la Serranía de los Yariguíes.
Un grupo de estudiantes de la UIS salió desde Bucaramanga con destino a Zapatoca, allí se adentraron en la zona alrededor de una hora; luego caminaron 45 minutos para poder llegar a su destino. Con 19 cámaras trampa buscaban obtener las imágenes de los animales que viven en la zona y que no son amantes de ser vistos.
Kevin Cárdenas, Yovanny Duran, María Meza, Margarita Díaz, Daniela Pachón y Lineth Velásquez; hicieron posible esta historia. Su objetivo era caracterizar los mamíferos medianos y grandes de la Serranía de los Yariguíes y resultaron convirtiéndolos en los protagonistas de unos curiosos videos.
Además de mostrar cómo interactúan en su hábitat, deleitan a quien los ven con sus curiosas reacciones ante la cámara. Osos de anteojos, pumas, armadillos, zarigüellas, tigrillos, mapuros, comadrejas, mapaches y ardillas posaron ante las cámaras durante un mes para deleitar al público con sus ocurrencias.
El grupo de estudiantes compartió con Vanguardia las imágenes que fueron grabadas durante septiembre y que son producto de una idea que surgió de la clase ‘Biología de la conservación’, un curso que ven los estudiantes de Biología de la UIS finalizando su carrera y que está a cargo de los docentes Björn Reu y Yasmin Plata.
“Este proyecto nos sirve para ver la distribución de los mamíferos e informar a la comunidad cuáles son los animales que hay en la zona”, señaló Kevin Cárdenas.
Este joven bumangués quien está a pocos meses de graduarse y se ha dedicado durante su carrera a la microbiología, vio en este proyecto la oportunidad de mostrar a la comunidad que no basta con asombrarse y admirar las especies, hay que pelear a toda costa por mantener su hábitat en perfecto estado, dado que muchas de ellas están amenazadas por todo lo que la actividad del hombre se ha llevado a su paso.
La travesía
Hicieron dos viajes. En el primero fueron Yovanny Durán, Margarita Díaz y Daniela Pachón, quienes se encargaron de dejar las cámaras en los corredores. “El profesor nos acompañó en los viajes porque él conoce la zona y sabía en qué lugares ubicarlas y a qué altura para asegurarnos de tener un buen avistamiento y una buena captura fotográfica”, agregó Cárdenas.
En el segundo viaje fueron María Meza, Lineth Velásquez y Kevin Cárdenas, a colectar las cámaras con ayuda del Sistema de Posicionamiento Global, GPS.
Tuvieron que revisar uno a uno los días enteros de grabación que quedaron registrados en las cámaras, dado que éstas se pueden activar con sólo el movimiento de las hojas o algunos insectos. Era necesario asegurarse de tener a los mamíferos en cámara.
Aunque el proyecto terminó en un 4.8, y no una máxima nota, los estudiantes continúan con la idea de divulgar la información para que la comunidad sepan cuáles son los animales que conviven con ellos y poder conservar su hábitat para sacar a algunos de ellos del libro rojo, que los cataloga en estado de vulnerabilidad.