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Martes 29 de noviembre de 2022 - 12:00 PM

Cada día se denuncian 14 casos de matoneo escolar en Colombia

Colombia se acaba de ubicar en un deshonroso lugar en la lista de los países con más casos de matoneo escolar en el mundo, un fenómeno que parece enquistarse silenciosamente en los colegios y que, con base en una reciente medición, ya se puede dimensionar con cifras.

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Archivo Colprensa /VANGUARDIA
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Según la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, Colombia hace parte del top 10 de países con mayor cantidad de casos de matoneo, con 8.981 hechos reportados entre enero de 2020 y septiembre de 2021 (los datos tabulados más frescos), lo que se traduce en que, en promedio, hay 14 casos diarios denunciados.

En el mundo, de acuerdo con la publicación, México lidera el índice con 180.000 casos, seguida de Estados Unidos, con 160.000, y China, con 150.000. La publicación cataloga al acoso escolar como “un enemigo silencioso” que se nutre de “tres venenos: soledad, tristeza y miedo”.

En esa línea, se llama la atención por nuevas modalidades del matoneo en plataformas virtuales que se intensificaron por cuenta de la pandemia, especialmente a través de redes sociales. “En las denominadas ‘4 Tóxicas’ –Facebook, Instagram, Twitter y WhatsApp–, el aspecto físico, la forma de vestir, hablar, caminar e incluso hasta la manera de mirar, pueden ser disparadores para el acoso en la escuela y el ciberacoso en todas partes”, indica el informe.

El estudio contó con la colaboración de 50.000 profesionales de diversas universidades e instituciones, y recogió información de hospitales que atendieron hechos graves de matoneo, entidades públicas que, de forma anónima, proporcionaron detalles de los casos y expedientes judiciales relacionados con la materia. Adicionalmente, fue entrevistado personal de la salud e integrantes de la cadena educativa, como profesores, directivos e inclusive víctimas.

En las regiones

En mayo pasado un caso de matoneo escolar sacudió a la opinión pública y, una vez más, prendió las alarmas sobre la problemática. Un menor de apenas 13 años, de uno de los colegios más prestigiosos de Manizales (Caldas) y quien, al parecer, venía siendo víctima de “bullying de forma reiterada”, fue agredido por otros compañeros que intentaron empalarlo con una varilla. No se trata de un hecho aislado y retrata –con creces– la magnitud del asunto.

El estudio de Bullying Sin Fronteras advierte que, a nivel local, Bogotá concentra la mayoría de casos, pues uno de cada cinco hechos reportados de acoso grave (21 %) ocurre en la capital. No menos preocupante es la situación de Medellín, segunda en el ranquin, que concentra el 13 % de los casos, seguida Barranquilla o Cartagena.

Estas estadísticas se complementan con un informe del Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana que, con base en resultados de las pruebas PISA de 2018, concluyó que uno de cada tres estudiantes (32 %) reportó haber sufrido matoneo. Ello indica que Colombia es el segundo país entre los latinoamericanos de la OCDE con mayor exposición al bullying.

Para Gloria Bernal, codirectora del Laboratorio, si bien las cifras son alarmantes, el panorama aún podría ser peor si se tiene en cuenta las dificultades para recoger y reportar la información. “Todavía es muy precaria la información para hacer un diagnóstico”, explicó. De acuerdo con la docente, hacen falta campañas no solo de identificación y manejo de casos, sino de prevención y manejo de habilidades socioemocionales.

Frente a esta problemática, el senador Pedro Hernando Flórez, del Pacto Histórico, lideró hace poco debate en el Congreso en el que advirtió que hay dificultades en la implementación de la Ley 1620 de 2013 que, entre otras, crea el Sistema Nacional de Convivencia Escolar, ideado para hacerle frente al matoneo.

“La ley indica que el sistema debe reunirse dos veces año, pero vemos que solo revisa esto una vez. Eso muestra desarticulación”, alegó. Por su parte, Carolina Sáchica, directora del Programa de Derecho de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, sostuvo que el acoso escolar puede escalar a otros escenarios de la vida, como el universitario o el laboral, lo que lo hace un asunto penal.

“Se recomienda la realización y divulgación de manuales de convivencia que guíen la interacción de quienes hacen parte de una comunidad, así como la generación de espacios participativos de prevención”, dijo

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Publicado por El Colombiano

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