Salud
Descubre lo que realmente sucede cuando te vas a la cama con el estómago lleno: Los resultados te sorprenderán
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En una sociedad que a menudo se encuentra en un frenético ritmo de vida, no es infrecuente que muchas personas terminen consumiendo su cena justo antes de irse a la cama. Sin embargo, esta práctica común puede traer consigo una serie de implicaciones negativas para la salud que no deben ser subestimadas. En este artículo, exploraremos algunas de las repercusiones asociadas con acostarse con el estómago lleno.
1. Problemas digestivos:
Al acostarse inmediatamente después de comer, el proceso digestivo puede verse afectado negativamente. En esta posición, es más difícil para el estómago descomponer los alimentos de manera eficiente, lo que puede provocar síntomas como indigestión, acidez estomacal y otros problemas gastrointestinales.
2. Trastornos del sueño:
Comer justo antes de dormir puede alterar los patrones de sueño normales. La digestión requiere un considerable gasto de energía, lo que puede mantener al cuerpo más alerta y dificultar el adentrarse en un sueño profundo y reparador.
3. Aumento de peso:
La cena tardía, especialmente si está compuesta por alimentos ricos en calorías, puede contribuir al aumento de peso. Durante la noche, el metabolismo del cuerpo tiende a disminuir, lo que significa que las calorías consumidas no se queman tan eficientemente como durante el día.
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4. Presión arterial elevada:
Existe una correlación entre comer tarde por la noche y tener una presión arterial más alta. Los investigadores sugieren que este hábito puede alterar los ritmos circadianos del cuerpo, afectando negativamente la salud cardiovascular.
5. Impacto psicológico:
Además de las implicaciones físicas, cenar tarde puede tener consecuencias psicológicas. Puede inducir sentimientos de culpabilidad, especialmente si la persona está tratando de mantener un régimen alimenticio equilibrado o está intentando perder peso.
Consejos para un hábito más saludable:
Dada la gama de problemas potenciales asociados con acostarse lleno, es recomendable revisar y, si es necesario, ajustar los hábitos alimenticios nocturnos. Aquí hay algunas estrategias que podrían ayudar:
Programar la cena temprano: Trate de tener la última comida del día al menos 2-3 horas antes de dormir.
Alimentos ligeros: Opte por cenas más ligeras que sean más fáciles de digerir.

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Evite alimentos picantes o grasosos: Estos pueden exacerbar los síntomas de indigestión y acidez.
Actividad física ligera: Una pequeña caminata después de cenar puede facilitar la digestión.
Aunque acostarse con el estómago lleno puede parecer inofensivo, tiene varias implicaciones que pueden afectar negativamente la salud a largo plazo. Adoptar hábitos más saludables en la cena puede ser un paso importante hacia una vida más sana y equilibrada.
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