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Judicial
Nuevas pruebas que involucran a Juan Valderrama en la desaparición de la ciudadana chilena
- M.V. / VANGUARDIA
Juan Guillermo Valderrama Amézquita no aceptó su responsabilidad en la desaparición de su pareja Ilse Amory Ojeda Gónzalez.
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Este fue el inmueble que Juan Valderrama tomó en arriendo en la carrera 45 con calle 56 del barrio Terrazas, en Bucaramanga. En este lugar se encontraron fluidos de sangre.
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Ayer, un grupo de ciudadanos realizó una jornada de solidaridad como homenaje a la sargento chilena desparecida. Este acto se hizo en la Catedral de la Sagrada Familia.
Nuevas evidencias que involucran a Juan Guillermo Valderrama Amézquita en la desaparición de su compañera sentimental, la ciudadana chilena Ilse Amory Ojeda González, fueron reveladas por la Fiscalía.
Entre las pruebas dadas a conocer en la audiencia de imputación de cargos, que se realizó entre las 2:30 y 5:30 de la tarde de ayer en la sala 3G del Centro de Servicios Judiciales de Bucaramanga, se conoció de la existencia de una video hallado en el celular de la extranjera.
En las imágenes, grabadas el 28 de marzo pasado, un día antes de su desaparición, Ilse Ojeda manifiesta su inconformidad hacia su pareja y los momentos difíciles que estaba viviendo a su lado en la residencia del barrio El Cristal Bajo, en el sur de ciudad.
“Tengo que aguantarme ese hombre, feo, malo. Nada que hacer, voy a regresarme a Chile. No dependo de nadie, ha sido el hombre más malo de mi vida, el más perro. Ese hombre es Juan Valderrama. Él es sólo ‘lucas’ (dinero), mientras más ‘tenés’, más yo te querré”, relató la Fiscal 4 de la Unidad de Flagrancias.
Tras conocer sobre la existencia de esta prueba, Alejandra Margarita Ojeda, hermana menor de la extranjera desaparecida, no dudo en asegurar que Ilse se encontraba “sufriendo”.
Movimiento bancarios y una vivienda
Otro de los elementos relevantes expuestos en la audiencia fueron las transacciones bancarias que el procesado realizó entre su cuenta y la de Ilse Amory.
Según reveló la Fiscal, a su ingreso al país, Ojeda González trajo consigo 30 millones de pesos chilenos, equivalentes a más de 140 millones de pesos colombianos, que consignó a dos cuentas de Bancolombia, una estaba a nombre de Juan Guillermo y otra a nombre suyo.
Mientras las autoridades indagaban para dar con el paradero de la mujer descubrieron que después del 29 de marzo (fecha de la desaparición), Valderrama Amézquita realizó varias transacciones en ambas cuentas bancarias.
El 2 de abril trasladó de la cuenta de Ilse a la de él, $3 millones 250 mil. Luego, el 11 de abril, transfirió $3 millones y medio a la cuenta de una inmobiliaria de Bucaramanga, y al día siguiente $3 millones 90 mil más.
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Además realizó dos retiros de $400 mil cada uno. Estos movimiento fueron el 2 y el 15 de abril en cajeros electrónicos en Piedecuesta.
Las dos transacciones que hizo el acusado a la inmobiliaria, que en total sumaron $6 millones 750 mil, corresponden al pago por adelantado del canon de arrendamiento de una vivienda ubicada en la carrera 45 con calle 56 del barrio Terrazas, en Bucaramanga.
Justamente este inmueble, el 18 de abril pasado, fue inspeccionado por la Sijín en una diligencia de allanamiento. En este lugar se encontraron rastros de sangre, mientras que en la residencia del barrio El Cristal Bajo se descubrieron fluidos biológicos. Aún se investiga si la sangre es de la ciudadana chilena desaparecida.
Las contradicciones de Juan
Desde que Valderrama Amézquita reportó la desaparición de su novia, para la Fiscalía surgieron una serie de inconsistencias que, con el pasar de los días, fueron creciendo.
La fiscal encargada reveló que el acusado en un principio dijo que la desaparición había ocurrido el 5 de abril. El 23 de abril, durante una nueva entrevista, cambió la fecha y expresó que este hecho en realidad había sucedido el 29 de marzo.
La explicación que dio el joven a este desfase de siete días fue que no había mirado bien el calendario. Lo cierto fue que para las autoridades fue tardía la alerta.
A esto se sumó que en la primera declaración el sospechoso dio a entender que su pareja se había llevado el celular y otros elementos personales, sin embargo, en un allanamiento efectuado el 18 de abril, encontraron en el asiento trasero del automóvil Mazda 6, propiedad de Juan, el teléfono móvil de la expolicía chilena y sus documentos.
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“Siento que se están presentando todas las pruebas y todo esto apunta que vamos a tener un fallo unánime, que va a ser la máxima pena. Esperamos pronto que llegue el ADN porque con esto no habría dudas”, expresó Alejandra Ojeda, tras conocer las nuevas evidencias.
No aceptó cargos
Valderrama Amézquita permaneció durante la diligencia judicial tranquilo, como lo ha estado desde el inicio de su judicialización, incluso en algún momento se distrajo mientras balbuceaba algunas palabras que no se le entendían. Fue necesario que la juez le llamara la atención ante estos comportamientos.
La Fiscalía le imputó a este individuo el delito de desaparición forzada, no sin antes advertirle que si más adelante Medicina Legal corrobora que los restos óseos hallados en zona rural de Rionegro, Santander, son de la excarabinera chilena, procederá a solicitar una nueva diligencia para imputar feminicidio.
El joven santandereano no se allanó a los cargos, pese al amplio material presentado.
A su turno, su defensa solamente reprochó el hecho de que la Fiscalía no especificó cómo Ojeda González fue sometida a la privación de su libertad y qué tratos recibió.
Al cierre de esta edición, la audiencia continuaba con una medida de embargo cautelar a los bienes del joven acusado, entre los que se encuentran su automóvil, comprado con el dinero de la mujer desaparecida.