Las cifras oficiales reportaron 338 hurtos en las calles de Bucaramanga, en los primeros 21 días del año. Esta cantidad,...
Biden: un año de promesas incumplidas y duros desafíos
Los resultados del primer año de Joe Biden dejan mucho que desear: polarización política, complejo rebrote del COVID-19, reveses judiciales, estancada agenda legislativa, economía en crisis, tensiones internacionales con Rusia por Ucrania, pero especialmente, un profundo pesimismo de los estadounidenses por el rumbo del país.
Además: La era Biden: multilateralismo, diversidad y alianzas
Al cabo de 12 meses de la toma de posesión del mandatario demócrata, hoy 20 de enero, en medio del caos generado por el violento asalto al Capitolio por partidarios de Donald Trump, su rival, y quien se negó a reconocer la derrota electoral como muestra de la polarización del país que heredó Biden, el panorama actual contrasta con el optimismo que generó su llegada a la Casa Blanca.
Hay que recordar que el Presidente número 46 de Estados Unidos obtuvo la mayor votación en la historia del país norteamericano: 81 millones de personas lo apoyaron. Pero apenas alcanzó una escasa mayoría en el Congreso, lo que ha puesto en aprietos su gobernabilidad.
Le interesa: Biden, en sus horas bajas en los nueve meses al frente de la Casa Blanca
Para Dorian Kantor, profesor de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la Universidad Javeriana, el balance del primer año de Biden es mixto.
Destaca logros importantes de su Administración, sin embargo, dice que según las últimas encuestas, menos del 40% de los estadounidenses aprueban su desempeño, mientras que casi el 60% lo desaprueba.

En ese contexto, Kantor opina que “la sociedad estadounidense está mucho más polarizada hoy que hace cinco años, y su partido no puede ponerse de acuerdo en objetivos importantes, lo que ha hecho que su programa legislativo se estanque”.
Biden prometió mucho: sanar la democracia, unir a la nación, derrotar a la pandemia, abordar los complejos conflictos raciales y económicos, “humanizar” la crisis migratoria y convertir de nuevo a Estados Unidos como el líder en el concierto mundial.
Tenga en cuenta: ‘Guerra sucia’, una forma de ganar elecciones
David Castrillón, docente e investigador de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, lo resume como un “año más de discursos que de sustancia, es decir, pocos cambios”.
En concreto, se refiere al hecho de que Biden dijo durante su campaña presidencial que sería su prioridad temas como cambio climático, migración, control de armas y protección social.
A su juicio, “esta falta de acciones apunta a un estado fragmentado de la sociedad estadounidense, un Estados Unidos profundamente dividido, en el que aún la gran mayoría republicana no reconoce a Biden como el presidente legítimo del país”.

Ahora bien, sin duda, el mayor sacrificado de esta polarización política ha sido la agenda programática de Biden.
Lawrence Gumbiner, profesor universitario y consultor internacional, subraya en ese sentido que a pesar de su historial como conciliador y amistades con muchos republicanos, Biden no ha podido frenar la polarización en el país, y no ha logrado gobernar con una coalición de ambos partidos.
“La brecha entre los republicanos y demócratas es tan fuerte como siempre”, insiste el también exdiplomático estadounidense.
Se recomienda: Tensión Rusia-Estados Unidos: ¿Cálculo estratégico de Biden?
En consecuencia, apunta Castrillón, hay un Congreso, que a pesar de estar bajo control de los demócratas, el partido de gobierno, ha sido incapaz de legislar frente a los asuntos de prioridad para el mandatario estadounidense.
Cita como ejemplo el proyecto de Ley de Protección Social de unos 2.000 millones de dólares, el cual está estacado en buena medida, por las divisiones no solo entre republicanos y demócratas, sino al interior del mismo partido de gobierno.
¿Entonces, a dónde ha llevado todo esto?
Hay un sentido entre los estadounidenses de decepción hacia su Presidente, que no ha cumplido sus propuestas y finalmente se reflejan en su popularidad, asegura Castrillón.
Vea esto: ¿La tercera será la vencida?
Además advierte un segundo año doloroso para Biden y los demócratas, quienes se piensa perderán control del Congreso, en los comicios legislativos de noviembre próximo.
El estadounidense promedio no reconoce los aciertos de Biden, y la polarización opaca sus logros. Desde esa perspectiva, el balance de su gestión es negativo con tendencia a empeorar si su partido pierde el control de las dos cámaras del Congreso, que lo dejaría aislado en la Casa Blanca.

Pero no todo ha sido malo. Gumbiner destaca la aprobación de la Ley de Infraestructura por 1,2 billones de dólares y la reducción sustancial del desempleo, que en diciembre pasado se ubicó en el 3,9%. Otra victoria es el paquete de ayuda contra el COVID-19 por 1,9 billones de dólares para las familias particularmente afectadas por la pandemia.
Lea aquí: ¿Qué le espera a Colombia si Biden llega a la Casa Blanca?
En cuanto a la COVID, Kantor anota que Biden ha incrementado las pruebas y la vacunación, pero sigue habiendo obstáculos importantes.
La oleada de la vairante ómicron del COVID-19, todavía faltan pruebas, y solo el 63% de los estadounidenses están totalmente vacunados, muy por debajo del requisito de inmunidad de rebaño.
“Biden no pudo cumplir su promesa del 4 de julio, y los nuevos contagios vuelven mas altos que nunca antes, lo que somete a los hospitales a una presión sin precedentes”, recuerda el experto consultado.

En el ámbito internacional, Joe Biden reintegró a EE.UU. al Acuerdo Climático de París y ha concentrado los esfuerzos multilaterales de controlar la capacidad nuclear de Irán.
También: Los riesgos de una retirada prematura de Iraq y Afganistán
Aunque uno de sus mayores errores en política exterior fue la salida de Afganistán en agosto pasado. A pesar de que fue la decisión correcta después de dos décadas de guerra, “fue ejecutada de una manera desastrosa en muchos niveles”, estima el exdiplomático norteamericano Lawrewnce Gumbiner.
“Internacionalmente, tomó pasos para volver los Estados Unidos a los procesos multilaterales y regionales. Donald Trump manejaba relaciones en una manera transnacional y bilateral”, describe.

En estos momentos enfrenta el duro desafío de aliviar una crisis en Ucrania, en medio de temores de que el presidente ruso Vladimir Putin pueda invadir y desatar la peor crisis geopolítica en Europa desde la Guerra Fría.
El docente universitario Dorian Kantor cree al respecto que “Estados Unidos se enfrenta ahora a un mundo multipolar en el que China y Rusia están dispuestas a enfrentarse directamente a la potencia norteamericana”.
Lea aquí: Afganistán se desmorona ante el imparable avance de los talibanes
En esa línea, remarca que Biden ha prometido que América ha vuelto, sin embargo, el mundo ha cambiado.
“Biden puso fin a la guerra más larga de EE.UU. reinició las negociaciones con Irán, y sigue comprometiéndose con China y Rusia en lo que puede; sin embargo, no ha sido capaz de finalizar un acuerdo con Irán, la retirada de Afganistán recibió críticas bipartidistas y las recientes amenazas rusas en Ucrania hacen que Estados Unidos parezca impotente”, concluye.

Etiquetas

Periodista de Vanguardia desde 1996. Egresada de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Editora de la sección de Tendencias y Vanguardia Kids. Editora nocturna.
acastro@vanguardia.com