Ignacio Hurban se convirtió el pasado martes en Guido Montoya Carlotto un bebé robado de la dictadura argentina que ayer se mostró en público feliz con su pasado y su presente y promovió sacarse las dudas de identidad como impulsa la organización de su abuela Estela de Carlotto
“Hace 48 horas sé quien soy o quién era o quién no era, es un poco fresco esto”, expresó este hombre cuya felicidad y frescura borró cualquier posibilidad de que su primera conferencia de prensa como el nieto de la reconocida activista argentina se diera en un clima dramático.
Risueño, el joven que fue robado en la dictadura (1976-1983), y al que buscó su familia materna y paterna por más de tres décadas dijo: “Estoy disfrutando, pero lo que más disfruto es la felicidad en los demás”.