Publicidad

mundo
Miércoles 15 de septiembre de 2021 - 12:00 PM

Venezuela: Cuando negociar es la única opción

El punto de partida para salir de la crisis venezolana es sentarse a dialogar y ceder para avanzar. El nuevo ciclo de negociaciones entre la oposición y el Gobierno venezolano es visto con cautela y expectativa, tras los fracasos del pasado. La mayoría de la población venezolana no apuesta por resultados tangibles, pues son demasiados años de desgaste.

Compartir
Imprimir
Comentarios
Fotoilustración / VANGUARDIA
Fotoilustración / VANGUARDIA

Compartir

Fotoilustración / VANGUARDIA

“Hablando se entiende la gente”. Este adagio popular resume lo que está pasando actualmente en Venezuela. Un país que lleva años lidiando con un colapso económico, una crisis humanitaria, una pandemia, pero especialmente un descrédito político profundo.

Hay que aceptar, de una vez por todas, que no existe mejor opción que la de hablar. La salida a la crisis de Venezuela tiene que pasar por una negociación. Algo que le conviene a todos.

Tras contundentes fracasos en anteriores negociaciones (2017-2018 y 2019), un nuevo proceso de diálogo entre Gobierno y oposición en Venezuela se inició formalmente el pasado 14 de agosto en México, como sede, y Noruega en calidad de mediador.

Los retos son grandes: recuperar la confianza, realizar elecciones, respetar las reglas democráticas, generar seguridad y un acuerdo político serio.

En ese sentido, Andrés Mejía, analista político, considera que la mayor prueba de fuego de este diálogo es establecer confianza, no entre las partes, sino en el proceso.

Es decir, que sea transparente, limpio, justo y que brinde garantías.

¿Por qué? Mejía lo explica en que tanto el Gobierno como la oposición venezolana se desconfían mutuamente de manera profunda.

“Entre ellas (las partes) hay animadversión, entonces pretender que van a crear confianza es ilusorio”, afirma.

Lo que sucede es que la sociedad civil venezolana está agotada, apunta Camilo Cruz, docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Gobierno de la Universidad Pontificia Bolivariana, UPB, en Bucaramanga.

Según el politólogo, las opciones propuestas por la oposición de una ruptura radical con el “régimen”, se agotaron con todo lo que ocurrió después del autorreconocimiento de Juan Guaidó en enero de 2019 como presidente interino del país.

“La negociación es en este momento el camino más sensato para encontrar una salida a la crisis, es inevitable”, señala Cruz, quien asegura que la ciudadanía venezolana va a presionar por “soluciones reales, no ideales”.

Por su parte, Mairene Tobón, investigadora del Centro de Estudios en Migración de la Universidad de los Andes y experta en temas de Venezuela, estima que lo realmente clave de esta negociación es proporcionar garantías para el restablecimiento de la gobernabilidad en el país.

“Esto implica abordar una agenda de profundos cambios en la arquitectura institucional, el reconocimiento del estado fallido en el que se encuentra Venezuela y devolver la autonomía de las regiones para el manejo de los problemas que sufren los venezolanos día a día”, destaca.

En este contexto, es evidente que el gobierno de Nicolás Maduro busca liberarse de las sanciones internacionales y que la oposición quiere, a su vez, recuperar los espacios políticos.

Sobre el particular, Mejía recuerda que ambas partes en su momento llegaron a pensar que iban a prevalecer en sus intenciones políticas, pero todo esto fracasó.

Entonces, es imprescindible ceder para negociar, agrega al respecto Tobón.

“Un proceso de negociación real necesita que las partes estén dispuestas a ceder. Nicolás Maduro solo oxigena su gobierno en estas mesas. Los resultados de anteriores ejercicios de diálogo no han generado cambios sustanciales en el país. Por el contrario, cada día es más evidente la crisis política, económica y humanitaria que vive Venezuela”, subraya.

Sin embargo, Mejía estima que la oposición está en desventaja y el Gobierno tiene “el sartén por el mango” con países aliados sólidos para sobrevivir como Rusia, China, Irán y Turquía.

En medio del diálogo de Venezuela en México, el foco está puesto también en las elecciones regionales del próximo 21 de noviembre.

El politólogo Cruz cree que las elecciones serán un gran indicador de la situación real en Venezuela. Y especialmente lo que se va a medir es cuánta legitimidad tienen ambas partes.

En ese orden de ideas, dice que se puede “esperar un escenario más pluripartidista, con participación de distintos gobiernos locales con distintos colores, pero lo importante será medir el nivel de participación, si la ciudadanía toma como una opción real las elecciones y la democracia para salir de la crisis”.

No obstante, la investigadora Tobón no es optimista frente a los próximos comicios. Para ella, “es muy ingenuo creer que para los venezolanos-opositores principalmente- el escenario electoral es relevante”, pues en su opinión, el Gobierno necesita una oposición para legitimar su victoria, que de seguro, ya está escrita”.

Ahora bien, otro actor fue incluido en el proceso de diálogo que se desarrolla en México: Álex Saab.

El analista político Andrés Mejía lo califica como una acción desesperada surgida del miedo por las finanzas que maneja el chavismo, de lo que pueda contar el empresario colombiano detenido en Cabo Verde a la espera de que se haga efectiva su extradición a Estados Unidos para que responda por lavado de activos.

“Puede involucrar a dirigentes del régimen, y además, permitirá al mundo saber cómo son los manejos financieros del gobierno chavista”, insiste el experto.

La investigadora Mairene Tobón considera que es un acto de provocación para distraer la atención de los asuntos importantes en la agenda de negociación. “Además de una estrategia política para brindar respaldo a un cuestionado personaje del régimen”, advierte.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por Ángela Castro Ariza

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad