La educación para los niños diagnosticados con cáncer es un asunto que se convierte muchas veces en un imposible, debido a los tratamientos que se requieren para la enfermedad.
Gracias a las Aulas Hospitalarias y a la certificación recibida por la escuela Normal Superior de Bucaramanga, los niños de la fundación Hope pueden tener acompañamiento lúdico, emocional y escolar. Las aulas son espacios que hacen posible la educación para los pacientes con cáncer y enfermedades por las que siguen en tratamientos.
Casa Hope, Clínica San Luis, la Clínica Foscal y el Hospital Universitario de Santander, son los lugares destinados para las clases y la fundación se encarga de brindarles los recursos necesarios para que avancen en su nivel escolar.
Sin embargo, la fundadora y directora de la fundación María Juliana Lozano, afirma que “la demanda de los niños muchas veces no se puede suplir completamente porque su sostenimiento depende de donaciones voluntarias de personas naturales y empresas que deciden colaborar”, por esta razón requieren de padrinos que apoyen a los niños durante su desarrollo cognitivo.
Son aproximadamente 100 niños los que necesitan continuar su formación y el costo para apadrinar a uno de ellos durante un año es de $200 mil, esto incluye útiles, uniformes y refrigerios. “También hacemos un llamado a empresas para que se unan y con sus aportes se puedan pagar los docentes que se necesitan para las clases”, mencionó Lozano.
Las personas que desean donar o apadrinar a un niño pueden comunicarse al 3165338848, regalar útiles escolares como cuadernos, colores, plastilina, papel de colores, cartulinas en octavos, crayolas, vinilos, material lúdico, libros y material didáctico; o consignar sus aportes a la cuenta de ahorros Davivienda 046570104136.