La salud de una sociedad tiene mucho que ver con la forma en que las administraciones tratan a sus ciudadanos más vulnerables, y los peatones son, indiscutiblemente, los usuarios más indefensos de nuestras calles.
Bucaramanga
Alertas tempranas, un sistema que salvaría vidas en el área
- Para las autoridades metropolitanas, lo mejor sería que se desarrollara un Sistema de Alertas Tempranas que estuviera interconectado entre los cuatros municipios, tal y como había sido planteado en su momento por el AMB. (Foto: Jaime del Río / VANGUARDIA)
El Sistema de Alertas Tempranas, SAT, diseñado para monitorear y advertir sobre situaciones de riesgo por efectos de una avenida torrencial o creciente súbita, es la principal carencia en el área metropolitana.
Girón es el único que ha sumado todos los esfuerzos posibles para ‘salvarse’ de este tipo de emergencias, especialmente cuando las lluvias arrecian con frecuencia y potencia en esta región. Claro está que Bucaramanga también sale al paso.
Sin embargo, los hechos ocurridos el 28 de enero cuando se desbordó el río Frío en Floridablanca y afectó a varios sectores del casco urbano; así como dos avenidas torrenciales que se registraron el 25 de febrero y el 8 de marzo, más una creciente súbita del río Frío el 8 de julio, en Piedecuesta, dejando a miles de damnificados y hasta víctimas fatales, dan cuenta de la necesidad que se tiene en el territorio metropolitano de contar con un plan unificado para prevenir a la población de una emergencia ante la creciente progresiva de los niveles de agua contenida en cuencas hídricas.
Y es que, si bien, las eventuales manifestaciones de los fenómenos naturales son impredecibles, este mecanismo ha demostrado que, cuando se pone en operación, mejora la capacidad de respuesta de los organismos de socorro y hasta de la misma población, ya que ofrece pronósticos o predicciones temporales de una posible amenaza de origen hidrometeorológico.
Vanguardia, a raíz de los últimos acontecimientos, indagó uno a uno los cuatros municipios que conforman el área, para conocer con exactitud si existe o no un SAT o algún método que ayude a reducir el riesgo entre las personas que se encuentran asentadas, especialmente en las riberas. Las respuestas no fueron muy alentadoras.
Un piloto que no avanzó
En Floridablanca no existe un esquema tecnológico que advierta sobre una avalancha. El único avance sobre el tema son dos estaciones hidrológicas administradas por el Área Metropolitana de Bucaramanga, AMB, a modo de prueba piloto. Una fue ubicada por el sector del Santísimo sobre el Río Frío y, otra, en el sector de Abadías sobre la quebrada Mensulí.
Lo anterior, de acuerdo con información suministrada, hace parte de un convenio interinstitucional entre el AMB y el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, mediante el cual se pretendían ubicar cinco estaciones hidrológicas, una climatológica y tres antenas repetidoras, en puntos específicos del área.
El objetivo de dicho proyecto, que hasta el momento sigue en verificación para su puesta en funcionamiento, era avanzar con la fase de piloto de un Sistema de Alertas Tempranas por inundación.
Marcela Toloza Cuta, coordinadora de la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres de esta localidad, señaló que mientras se avanza con el AMB, actualmente se gestiona un proyecto ante el Ministerio de Ambiente; pues se hace necesario contar con equipos que midan las precipitaciones y el nivel de la lámina de agua.
“Tener un Sistema de Alertas Tempranas en Floridablanca es de alta importancia. El municipio está cruzado por el Río Frío y estamos en toda la ladera. Hay muchas veredas en la zona alta y después de que transcurren los periodos de sequía, el suelo se vuelve muy denso y al empezar a llover se erosiona”, acotó la funcionaria.
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Desde 2016 en operación
Girón es el municipio más avanzado en este tema e históricamente el más afectado con las emergencias invernales, de hecho, las autoridades se atreven a afirmar que este Sistema de Alertas Tempranas fue el primero en instalarse en la región.
A la fecha cuenta con cuatro sensores de niveles de agua: en la cuenca del río Frío, en el río de Oro, en la quebrada La Rosita y uno más en la quebrada La Iglesia. También están instalados cinco pluviómetros, incluyendo puntos en Piedecuesta, Floridablanca y Bucaramanga, para lograr establecer el nivel de precipitaciones y el aumento de la lámina de agua.
Mauricio Gamboa, director de Gestión de Riesgo de Girón, explicó que además se cuenta con unas alertas sonoras, en sectores que son vulnerables de inundación.
“Cuando el río supera el umbral que le tenemos, automáticamente se activan las alarmas sonoras avisándole a la comunidad que debe evacuar. El Sistema es autónomo así que desde cualquier lugar que se tenga Internet se puede acceder a la plataforma”, subrayó.
De acuerdo con lo que se pudo establecer, el umbral de prevención, es decir el que permite emitir alerta amarilla, son tres metros; entonces cuando el caudal llega a ese nivel, se emite una alerta a la Dirección de Gestión del Riesgo, que la analiza y evalúa el comportamiento de acuerdo con un histograma que se envía cada 15 minutos. Los organismos de socorro igual deben estar muy pendientes porque en caso de seguir subiendo se le da aviso inmediato a la comunidad.
“Con ese histograma y con la experiencia, ya sabemos cómo se va a comportar esa lámina de agua en la parte urbana del municipio. El sistema sonoro se activa cuando ya realmente se requiere emitir un aviso. Esto nos ha funcionado desde 2016”, dijo Gamboa.
El director de Gestión del Riesgo, por otra parte, manifestó que desde antes de que se decretara la emergencia a causa del COVID-19, con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible se estaban desarrollando unas mesas de trabajo para establecer un Sistema de Alertas Tempranas de carácter metropolitano.
“Hay cómo mediar el agua que cae”
En la capital santandereana se cuentan con lectores de niveles de los ríos Suratá y De Oro, además hay siete pluviómetros instalados en el Colegio Inem, barrio Buenavista, Palacio Municipal, El Pablón, frente al Embalse de Bucaramanga, barrio José Antonio Galán y en el sector de La Playa, a 45 kilómetros de Bucaramanga sobre la vía Matanza.
Las autoridades de Gestión del Riesgo de la ciudad reconocen que además pueden mirar el SAT de Girón, el cual permite -en dado caso- generar una alerta de posible inundación en los sectores de José Antonio Galán, 5 de Enero y Pizarro León Gómez, que son los más neurálgicos.
Teniendo en cuenta la explicación entregada por las autoridades, el SAT de Bucaramanga determina el volumen de agua que cayó en un sector para generar una alerta. Por ejemplo, cuando ocurrió la primera avenida torrencial en Piedecuesta, la alerta en Bucaramanga se sintió sobre las 3:00 a.m.; de manera inmediata, las autoridades monitorearon el sistema de Girón para conocer el nivel del río.
Cuando este tipo de información llega a la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres, los funcionarios alertan a los presidentes de Juntas de Acción Comunal para que por medio de cornetas den el aviso correspondiente a la población.
Solo anuncios
Piedecuesta, uno de los territorios más vulnerables a sufrir crecientes súbitas y avenidas torrenciales, solo cuenta con cadenas de comunicación humanas para alertar sobre una posible emergencia. Es decir, no hay SAT, ni ningún tipo de tecnología implementada.
Tras la avenida torrencial del 25 de febrero, la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, Ungrd, anunció una destinación presupuestal de $500 millones para la implementación del Sistema de Alertas de Tempranas.
Sobre el tema, César García, director de Gestión del Riesgo de Santander aseguró que una vez se obtuvieron estos recursos se decidió trabajar en conjunto con el Ideam, Cdmb, Alcaldía de Piedecuesta y, por supuesto, Ungrd y Gobernación de Santander para lograr la consolidación y la ejecución del proyecto que realmente tendría un costo entre $2.000 y $4.000 millones.
A propósito de dicho proyecto, esta redacción pudo establecer que el Ideam realizó una visita el 3 y 4 marzo en las zonas donde posiblemente se podrían instalar las estaciones de monitoreo hidrometeorológicas, pero al elevar las respectivas consultas con esta institución no fue posible establecer una respuesta, ni siquiera conocer el estado de avance.
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Periodista egresada de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro de Vanguardia desde 2010. Trabajó con Q’hubo Barrancabermeja en 2016 cubriendo temas judiciales. En la actualidad es reportera de la sección Área Metro, apoya en la elaboración de contenidos digitales y transmisiones en directo y es la encargada de la campaña ‘No te quedes callada, denuncia si fuiste agredida’ donde se manejan temas de violencia contra la mujer.
ialbis@vanguardia.com