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Bucaramanga
Viernes 07 de diciembre de 2018 - 12:00 PM

Por los barrios de Bucaramanga: Cabecera del Llano

Llegamos a un barrio que en un pasado lejano era una inmensa hacienda y que durante las últimas décadas se llenó de edificios. Hoy la zona ofrece una variada actividad comercial.

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En la foto de arriba se aprecia la imagen que da fe de cómo comenzó la historia de los centros comerciales en el sector de Cabecera del Llano, los cuales le dieron un gran impulso al sector y abastecieron al vecindario y en general a la comunidad bumanguesa. Al lado encontramos un mítico registro de la parroquia de San Pío, así como el gigantesco Parque Guillermo Sorzano González, más conocido como San Pío, cuando no existían tantos edificios ni puntos comerciales.
En la foto de arriba se aprecia la imagen que da fe de cómo comenzó la historia de los centros comerciales en el sector de Cabecera del Llano, los cuales le dieron un gran impulso al sector y abastecieron al vecindario y en general a la comunidad bumanguesa. Al lado encontramos un mítico registro de la parroquia de San Pío, así como el gigantesco Parque Guillermo Sorzano González, más conocido como San Pío, cuando no existían tantos edificios ni puntos comerciales.

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En la foto de arriba se aprecia la imagen que da fe de cómo comenzó la historia de los centros comerciales en el sector de Cabecera del Llano, los cuales le dieron un gran impulso al sector y abastecieron al vecindario y en general a la comunidad bumanguesa. Al lado encontramos un mítico registro de la parroquia de San Pío, así como el gigantesco Parque Guillermo Sorzano González, más conocido como San Pío, cuando no existían tantos edificios ni puntos comerciales.

Quien visita a Cabecera del Llano se encuentra con una exclusiva zona de la meseta de Bucaramanga, llena de ‘rascacielos’, que incluso se sumerge en un pasado que todavía encierra la nostálgica leyenda de la Casa del Diablo.

El antiguo Valle de Don Andrés, en donde comenzó este bonito sector de la meseta, se mantiene vigente en la memoria. Y en él siempre se recuerdan las mil y una historias que allí se han relatado y que, por supuesto, aún están por contar.

En los tradicionales recorridos de mi barrio, Vanguardia Liberal visitó a este sector y durante el trayecto detectó tarjetas navideñas, amplios centros comerciales, restaurantes y una gran variedad de atractivos que han convertido a este barrio en un obligado punto turístico de Bucaramanga.

Y si bien el comercio ha crecido, al igual que sus moles de cemento, lo mejor es que aquí no se pierde el entorno residencial.

Barriografía

* Nombre: Cabecera del Llano.
* ¿A qué comuna está adscrito este sector? A la No. 12
* Población: Según el último censo alcanza la cifra de 21 mil 651 personas, sin incluir los habitantes que han llegado a los nuevos edificios.
* Estratos: 5 y 6.
* Templos católicos: Espíritu Santo, San Pío, Sagrado Corazón de Jesús y Divino Niño.
* Clubes sociales: El Antiguo Campestre y el desaparecido Club ‘Los Profesionales’.
* Parques: Guillermo Sorzano González, más conocido como San Pío; Las Palmas; Los Sarrapios y La Flora.
* Colegios: La Merced, San Pedro y La Presentación.
* Centro de educación superior: La Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB.
* Centros asistenciales: Clínicas Bucaramanga y Metropolitana.
* Principales arterias viales: La Carrera 33, la Calle 56 y la Avenida El Jardín.
* Sectores vecinos: El Prado y Sotomayor, entre otros.

Voces de la comunidad en Navidad

* Gloria Calderón: “Cabecera del Llano es, por tradición, el mejor escenario para vivir esta hermosa época del año. Estoy muy feliz viviendo en este sector”.

* Diego Cristancho: “A mí me gusta todo de Cabecera del Llano y de manera especial la Navidad, que es lo mejor del mundo: Hay bombillos, pesebres y regalos”.

* Laura Porras: “La Navidad en Cabecera del Llano tiene un encanto especial: Hay mucho brillo, se despierta la integración familiar y el sector se ve más bello que nunca en diciembre”.

* Zoraida Uribe y su familia: “Me parece que este es un lugar muy acogedor. Es muy grato compartir en familia una época tan linda como la Navidad”.

* Sofía Gómez: “Aquí, en el Parque de Las Palmas, vecino al sector de Cabecera del Llano, se comparte la Navidad en familia, rodeado de bellas tarjetas decembrinas, con nuestras mascotas y en medio de un ambiente bello y colorido. Este sector es de lo mejor de Bucaramanga”.

El sector, através del tiempo

Entre montes y atajos que les dieron paso a los mejores años del ayer, comenzó Cabecera del Llano. La zona se inspiró en una hermosa llanura, que todos llamaban así: El Valle de Don Andrés. Era la finca del prestigioso David Puyana, que hechizaba por su grandeza y por el tremendo olor a naturaleza. Se sabe que, como tal, el barrio nació en 1937.

El área se delimitaba en la salida de la carretera que conducía a los tanques del Acueducto, en donde la casa más famosa era la de Don Jesús, el famoso ‘Mago’. Para entonces, nadie imaginaba que la carrera 33 crecería tanto.

Con la financiación del Banco Central Hipotecario y en lotes vendidos por Urbanas, se iniciaron los primeros desarrollos urbanísticos en la zona que bordeaba al parque Guillermo Sorzano González, más conocido como San Pío.

La prolongación de la carrera 35A, que partió en dos al citado parque, fue el motor que ‘disparó’ el auge urbanístico.

La construcción de varias ‘casaquintas’ ocuparon el costado occidente. Allí residían las familias más pudientes que habían encontrado en su Cabecera del Llano un buen vividero.

El 2 de julio de 1955, día de la Visitación de Nuestra Señora, Monseñor Aníbal Muñoz Duque, primer Obispo de Bucaramanga, erigió la Parroquia San Pío.
Con la llegada de los 60, surgió la idea de ‘lotear’ completamente el Valle de Don Andrés, para desarrollar planes de vivienda. Luego nació un ‘gigante’ que prácticamente le volteó la cara a la vieja finca. Nos referimos a la construcción del Centro Comercial Cabecera Primera Etapa, que a comienzos de 1970 fue el punto de partida de la Cabecera del Llano que hoy conocemos.

Junto al centro se levantaron casas unifamiliares, las cuales fueron ubicadas sobre las calles 46 y 56 con carreras 33 y 36, convirtiéndose en los primeros polos de desarrollo.

Fue tal el impacto de este nuevo sector, que su crecimiento impulsó un moderno estilo arquitectónico. Para solucionar el problema de alcantarillado se construyó paralelo a la carrera 33, un colector mixto que en el ‘aliviadero’ de la calle 56 permitía enviar las aguas lluvias a la Quebrada La Iglesia.
Al final el tema urbanístico instó a la construcción de más centros comerciales y nacieron los edificios Leo, Mercadefam y Mi Cabaña.

Hermosas viviendas, diseñadas con la más alta visión arquitectónica, manejo volumétrico y acabados de alta categoría, enmarcaron una etapa llena de colorido.

Finalizando la década de los año 80, el barrio comenzó a crecer con ‘altura’. Grandes edificios y nuevos puntos comerciales ‘tocaron el cielo’ con su majestuosidad.

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Publicado por EUCLIDES KILÔ ARDILA

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