Ayer, en horas de la mañana, se adelantaron los trabajos respectivos para medir la resistencia de la moderna estructura que empezó a construirse en el primer semestre de 2018.
Con cuatro volquetas, cargadas cada una con 38 toneladas de peso, se realizó la prueba de carga de uno de los puentes correspondientes a la obra de ampliación y optimización del intercambiador de Papi Quiero Piña, en Floridablanca.
De acuerdo con los resultados preliminares de la interventoría, la estructura no presentó ningún tipo de inconveniente durante el diagnóstico dinámico y estático.
Édgar Jesús Rojas, secretario de Infraestructura Municipal, explicó que después de superar esta fase, ahora lo que viene es revisar el plan de manejo de tráfico, para que en un tiempo no mayor a una semana, ya la estructura pueda estar al servicio de la comunidad.
De esta manera se completaría el 50% de ejecución del total del proyecto que busca mejorar las condiciones de movilidad en este sector. La Alcaldía de Floridablanca y la Gobernación de Santander destinaron $36.305 millones.
“El puente ya está listo para ser puesto en operación. Pero por un tiempo muy corto van a estar en servicio los dos (el nuevo y el antiguo), mientras se destruye el puente antiguo o puente norte. Luego quedará operando solo el puente sur hasta que se termine la otra estructura”, precisó el funcionario.
No obstante, Rojas aclaró que parte de los inconvenientes que se han presentado están relacionados con las redes eléctricas que alimentan la zona occidental del municipio y a la planta de Cemex. La Electrificadora de Santander debe terminar de reubicarlas, como lo establece la norma, para proceder con la apertura del paso, la destrucción del puente norte y la construcción de los siguientes trabajos establecidos en el diseño, entre los que se destaca la construcción del puente peatonal atirantado que tendrá un corredor exclusivo para ciclorruta.
Al cierre de esta edición se pudo establecer que mientras se realizaba la prueba de carga, con un total de 152 toneladas, fue revisada minuciosamente la deflexión de la infraestructura y superestructura. La deflexión máxima llegó a nueve milímetros que estaba dentro del rango contemplado.
“Tenemos un espacio de 23 milímetros de deflexión, permitidos dentro de los niveles normales. La interventoría ya nos confirmó, ahora esperamos el movimiento de las redes que es un trabajo que solo lo puede hacer la Essa”, puntualizó el ingeniero Rojas.
Teniendo en cuenta el cronograma de trabajo establecido, en septiembre de este año ya estaría lista la obra a cargo del Consorcio Intercambiadores 2018, integrado por Pavimentos Andinos S.A. e Ingenieros Civiles Contratistas S.A.S.