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Fútbol colombiano
Martes 12 de abril de 2022 - 12:00 PM

Freddy Rincón, un Coloso del fútbol colombiano

Al cierre de esta edición, Freddy Rincón se encontraba en un estado crítico de salud, luego del accidente automovilístico que sufrió en Cali. En Vanguardia le rendimos un homenaje al histórico futbolista, que se destacó con la Selección Colombia, América, Palmeiras y Corinthians, entre otros clubes, y de quien esperamos se recupere pronto y gane el partido de la vida.

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Archivo / VANGUARDIA
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Cuando se pronuncia el nombre de Freddy Rincón, inmediatamente la memoria se traslada a aquel 19 de junio de 1990 cuando en el Estadio Giuseppe Meazza, de Milán, marcó el gol que seguramente más han gritado los colombianos.

Luego de una ‘tocata monumental’, orquestada por Carlos Valderrama, ‘El Coloso’ de Buenaventura encaró al portero alemán, Bodo Illgner, y con sutileza le pasó el balón entre las piernas para decretar un histórico 1-1 que le dio el tiquete a la Selección Colombia a los octavos de final del Mundial de Italia 1990.

Un gol que define a una generación dorada del balompié nacional, que clasificó a tres mundiales sucesivos, pero que también define lo que significa Rincón como jugador.

Porque tenía la potencia para superar en velocidad a cualquiera y así lo hizo para quedar de frente al cancerbero teutón. También tenía la riqueza técnica propia de un jugador de menor estatura, porque a pesar de sus 194 centímetros pegaba el balón a su guayo y difícilmente lo perdía, además porque metía el cuerpo y los rivales simplemente rebotaban.

Y por si fuera poco, era un mediocampista adelantado a su época, porque además de tener oficio para marcar y pasar la línea de la pelota para cumplir con las labores tácticas, se proyectaba al ataque con claridad y definía como un eximio delantero, en este caso con el popular ‘virgo’ sobre el cancerbero alemán.

Pero también Freddy poseía el carácter y el temperamento para mandar dentro y fuera del terreno de juego.

Por los clubes donde pasó, siempre se caracterizó por su gran desempeño, pero también por su disciplina y liderazgo, al punto de que el brazalete de capitán le quedaba a la perfección.

La carrera de un ‘Coloso’

El menor de los siete hijos de Rufina y Rafael le gambeteó a la pobreza, le hizo un túnel al egocentrismo argentino en el recordado 5-0 y se cansó de hacerle goles a los racistas que le hicieron el feo en el Real Madrid.

Nació el 14 de agosto de 1966 en Buenaventura y sus primeros pasos los dio en el Atlético de Buenaventura, donde fue observado por veedores de Santa Fe, que lo acercaron al cuadro capitalino en 1986.

Allí se encontró con el entrenador santandereano Jorge Luis Pinto, quien encontró a un humilde futbolista que no tenía los guayos acordes, pero que en la cancha se transformaba en el mejor de todos y dispuesto a perfeccionarse.

Luego de ascender como futbolista profesional, le llegó el turno en el América de Cali, donde terminó de afianzarse, con títulos y destacadas presentaciones en la Copa Libertadores.

Después de sobresalir en los Mundiales de 1990 y 1994, Freddy se ganó la oportunidad de actuar en el balompié internacional, primero en Palmeiras de Brasil y luego en Nápoles de Italia y el poderoso Real Madrid.

En el cuadro ‘merengue’ no tuvo la oportunidad de jugar lo suficiente y hasta fue víctima de racismo, pero como le contó en su momento a esta redacción: “allá maduré mucho y el tiempo me dio la razón. Después de salir y cuando estaba en Brasil, el mismo presidente del Real dijo que el mejor jugador que había era Rincón”.

Volvió a Brasil, primero con el Palmeiras y luego con el Corinthians, club del que es uno de los ídolos, teniendo en cuenta que logró varios títulos, entre ellos el Mundial de Clubes de 2000, donde fue la gran figura.

En la tierra de los pentacampeones es gratamente recordado, porque dejó huella también en escuadras referentes como Santos y Cruzeiro, para finalmente colgar los guayos en ‘El Timão’.

Pero sin duda su paso por la Selección Colombia lo catapultó a un lugar entre los mejores del balompié nacional, al ser junto a Carlos Valderrama el único con tres mundiales, además de brillar con luz propia cada vez que se puso la ‘amarilla’, con goles inolvidables, como ante Alemania y Argentina, así como galopadas y recuperaciones de balón que llenaron de mística su juego.

Luego de su retiro como jugador profesional, se ha dedicado a la dirección técnica, aunque sin grandes sucesos, principalmente, porque como él mismo ha señalado “en Colombia no se pude decir la verdad y eso es lo que yo hago. Seguir la corriente y apoyar las cosas equivocadas son la clave para lograr cosas importantes en nuestro medio, de lo contrario te cierran las puertas”.

Porque ese temperamento fuerte que mostró en la cancha, lo ha conservado fuera de ella, al llamar las cosas por su nombre y decir las verdades que a los poderosos incomodan.

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Publicado por Néstor González Álvarez

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