Conozca cuáles serían los impactos ambientales del piloto de ‘fracking’ en Santander

La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) otorgó la licencia al Proyecto Piloto de Investigación Integral (PPI) de Yacimientos No Convencionales Kalé, ubicado en Puerto Wilches (Santander), a través de la Resolución 00648, del 25 de febrero.
Vale aclarar que la autorización no significa que el país va a empezar a implementar la fracturación hidráulica, o fracking, sino que la empresa obtiene el aval para realizar las primera pruebas de esta técnica, con el fin de calcular su impacto y evaluar si en adelante es viable ambiental, social y económicamente.
Piloto y producción
Sobre esta decisión, Óscar Vanegas Angarita, coordinador académico de la Escuela de Petróleos de la UIS, explica que el pozo para el piloto no necesitaba licencia ambiental porque es un proceso experimental y de investigación que no genera un impacto mayor al medioambiente, ni cambios en el paisaje de la zona, como lo señala la Ley 99 de 1993.
“Como el Decreto 328 lo exige, la Anla procedió a pedirle a Ecopetrol y ExxonMobil esa licencia. Los pozos estratigráficos (rocas) no requieren licenciamiento ambiental porque son pozos científicos, como lo es este piloto”.
Insiste en que en ese piloto no se verán los impactos reales del ‘fracking’. “Es una burla a los ambientalistas y al pueblo colombianos, porque no tendrá impacto y luego el Comité del Proyecto Piloto de Investigación Integral de Yacimientos No Convencionales concluirá que el ‘fracking’ no impactará el ambiente en la zona”.
El académico precisa que el piloto se hará en dos etapas, mientas que el fracturamiento en el pozo para producción requiere entre 20 y 30 etapas, que es el proceso real que demanda grandes insumos como agua, arena y químicos.
“En dicho uso es donde se ve el impacto. Por ejemplo, la empresa para una etapa necesitará 1.500 barriles de fluido fracturante, mientras que para un pozo de producción requerirá eso pero multiplicado hasta 30 veces”.
Otro ejemplo que pone el docente es que algunos insumos son a base de polímeros y ese fluido está costando un dólar por galón, en el piloto se verá sencillo el uso de ese fluido, incluso usen agua, pero ya en un pozo de producción con 20 etapas el costo es tan alto que no tendrá cierre financieros.
“Más o menos serán 15 millones de dólares en solo fracturantes. Y si se da la luz verde les tocará usar agua y con eso sí habrá alto consumo de agua, ahí se verá el impacto. A esa agua hay que agregarle químicos, por lo tanto hace que pierda potabilidad porque son tóxicos. Esa agua se contamina y se pierde, y cuando se fractura la roca en ese proceso absorbe radioactivos y al regresar a la superficie, además de contaminada, saldrá con radioactividad”.
Vanegas Angarita advierte que en el proceso también se necesitarán vastas áreas para disponer ese material sobrante y otras áreas para recoger arena. “En el piloto usaran arena sintética con base de cerámica, en cambio en un pozo de producción con 20 etapas se requieren 1.000 toneladas de arena y con la sintética es más costoso, por eso usarán la natural de una cantera”.
Para el experto, eso tendrá un impacto en el paisaje porque la arena debe tener unas características de redondez, tamaño y naturaleza. “Por ejemplo, se requieren 100 toneladas de material de arrastre para un solo pozo de 1.000 toneladas. Los cráteres serán inmensos, ni se podrán comparar con los del Cerrejón en La Guajira”.

Medioambiente
A los reparos del impacto ambiental se suma Miguel Francisco Contreras, abogado del Observatorio de Conflictos Ambientales de la Corporación Compromiso, quien afirma que el proyecto tiene intereses económicos por encima de los sociales y de la comunidad.
“Las condiciones de vida de los habitantes de la zona se desmejorarán, ya que no cuentan con servicios públicos, educación de calidad, oferta de empleo diversificada. Con estas exploraciones habrá dependencia netamente de los hidrocarburos”.
El abogado afirma que los impactos ambientales se verán en la Ciénaga de Paredes, donde vive el manatí blanco, declarado en vía de extinción.
“Ellos dicen que no hay agua subterránea a 50 metros de profundidad. Pero estudios de universidades del país y la región comprobaron que hay agua subterránea a mil metros, que es el recurso hídrico con el que se recargan las ciénagas”.
Advierta que para lograr la licencia ambiental no se tuvieron en cuenta las voces las voces que se oponen al ‘fracking’. “El fracturamiento traerá contaminación de aguas subterráneas, aguas dulces y del aire. Vamos a presentar un recurso de reposición en contra de la licencia porque tenemos argumentos técnicos y sociales y la Anla tendrá que responder”.

Como un ´baldado de agua fría’ cayó entre los defensores del medioambiente la decisión de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), que dio luz verde para el desarrollo del proyecto piloto de ‘fracking’ en Kalé, en Puerto Wilches, por Ecopetrol.
Los defensores ambientales argumentan que no se tuvieron en cuenta los riesgos del ‘fracking’, ni la opinión de los habitantes que se oponen al desarrollo de esta técnica.
“Estos proyectos han causado en muchas ocasiones violencia en contra y hacia las comunidades que habitan los territorios del Magdalena Medio, que estigmatizan a través de esta licencia y que se está sacando de manera rápida sin una participación real”, dijo Yuvelis Morales, defensora del medioambiente en Puerto Wilches, quien hoy permanece exiliada en Francia, luego de recibir amenazas en contra de su vida.
Por su parte, Carlos Andrés Santiago, integrante de la Alianza Colombia Libre de Fracking, calificó de “equivocada” la decisión de la Anla, “consideramos que es una decisión equivocada que se da en medio de las amenazas a las comunidades, de las protestas que se vienen dando en Puerto Wilches y asimismo de las inconsistencia e incoherencias que se han encontrado en el proceso y en el estudio de impacto ambiental”, dijo.
Ante esto, los defensores ambientalistas llamaron a las comunidades a unirse y a rechazar esta decisión.
“Llamamos a las organizaciones sociales del Magdalena Medio a fortalecer la organización e impulsar la movilización social con tal de impedir la perforación de este proyecto piloto y tener esta criminal técnica y este experimento que quieren hacer con la naturaleza”, sostuvo Oscar Sampayo miembro del Grupo de Estudios Extractivos y Ambientales del Magdalena Medio.
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Periodista económico en Vanguardia. Magíster en Estudios Políticos, de la Universidad de Caldas. Comunicador Social – Periodista, egresado de la Universidad Pontificia Bolivariana. De La Guajira.
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