Como ocurrió en años anteriores, sin que la administración municipal le diera importancia a la experiencia negativa, en la...
Cayó la solicitud de crédito y aumentó la morosidad de los colombianos en el primer trimestre del 2023, ¿qué pasó?
- Suministrada / VANGUARDIA Más consumidores están teniendo dificultades para realizar sus pagos y los consumidores en mora están teniendo cada vez más dificultades para ponerse al día en sus cuotas vencidas.
En un contexto de desaceleración económica en el 2023, con presiones inflacionarias y tasas de interés aún altas, el crédito sigue frenándose, según cifras de Transunion, con corte del primer trimestre del año.
Esto se evidencia en una diminución de 21 % en el proceso para obtener un préstamo en todos los productos, salvo en microcrédito que se mantuvo estable.
Transunion publicó los resultados de su informe ‘Tendencias de la Industria de Crédito en Colombia al primer trimestre de 2023’, en el que concluye: no solo se muestra una disminución en nuevos créditos, sino que las tasas de morosidad continúan deteriorándose, es decir, los colombianos se están retrasando en los pagos de cuotas e intereses de sus deudas.

Menos créditos
Del total de las originaciones (proceso para aprobar una solicitud de financiamiento o de préstamo), que cayeron 21 % entre marzo de 2022 y marzo de 2023, los nuevos créditos hipotecarios y las nuevas tarjetas de crédito fueron los de mayor disminución, con variaciones de -37 % y -29 %, respectivamente.
En el caso de nuevos créditos de vivienda fue en gran parte debido a las altas tasas de interés y una pausa en los subsidios gubernamentales, precisa el informe.
“Observamos una disminución en la participación de consumidores de mayor riesgo en las originaciones, especialmente en las tarjetas de crédito. En el primer trimestre de 2022, el 15 % de las solicitudes de tarjetas de crédito fueron para consumidores con un puntaje de crédito por debajo de prime (muy bueno). Esta participación cayó al 11 % en el primer trimestre de 2023. Esto podría estar relacionado con políticas crediticias más estrictas, en la medida que las entidades reducen su apetito de riesgo en el desafiante panorama macroeconómico actual”, explica Virginia Olivella, directora de investigaciones de Transunion.
Estos hallazgos están alineados con la más reciente encuesta de Consumer Pulse de Transunion del primer trimestre de 2023, en el que un menor porcentaje de consumidores indicó que planeaba solicitar un nuevo crédito en los próximos 12 meses (41 % frente al 42 % del cuarto trimestre de 2022 y el 48 % del primer trimestre de 2022).
Según Oliveros, esta disminución en la intención a aplicar a nuevos créditos refleja en gran medida el impacto de cuatro preocupaciones principales de los consumidores colombianos: inflación, empleo, aumento de las tasas de interés y la posibilidad de una recesión.
“Las preocupaciones sobre el empleo y el aumento de las tasas de interés continúan ganando terreno, con un porcentaje importante de consumidores poniendo estas como sus principales preocupaciones en el primer trimestre de 2023: 48 % y 47 %, respectivamente”, aclara la directora de investigaciones.
¿Hay optimismo?
A pesar de este panorama, el economista Camilo Herrera Mora, fundador de Raddar, es optimista porque las tasas han cedido un poco, el dólar baja, el desempleo continúa disminuyendo y la inflación comienza a ceder. “Son buenas señales de la economía. Falta ver que el gasto de hogares crezca y el comercio vuelva a crecer, entre otras cosas”, indicó el experto.
A renglón seguido, Herrera sostiene que el ingreso disponible de los hogares es cada vez menor, debido a tres cosas diferentes:
1. Cada vez hay un mayor “pago” por servicio de deuda en los hogares, lo cual tiene dos componentes: la gente tiene más deuda y con tasas más altas. Más personas tienen deudas, hay un aumento de bancarización.
2. La canasta de las compras y pagos frecuentes es cada vez más cara, sobre todo por la inflación de alimentos.
3. El ingreso de los hogares crece menos que la inflación de los bienes frecuentes, lo que tiene un efecto directo en la capacidad de compra.

Preocupación por morosidad
Santiago Quiñónez arrancó su vida laboral con un deuda con el Icetex. Por pandemia y crisis económica, se retrasó en el pago de cuotas porque “lo primero que deja de pagar uno es deudas, primero sobrevivir y luego ajustar las deudas, pero primero mercado y arriendo”.
Cuenta que como todo subió, pero el salario no lo hizo en el mismo porcentaje, le tocó ajustar gastos para seguir pagando la cuota de su crédito.
El testimonio de Santiago es el preámbulo para otra conclusión del estudio de Transunión: la tasa de morosidad de 60 o más días a nivel de saldos se situó en 4,6 % en el primer trimestre de 2023.
Esto representa un aumento de 16 puntos básicos en comparación con el primer trimestre de 2022 y de 13 puntos básicos en comparación con el primer trimestre de 2020, antes de la pandemia.
“Además del panorama de deterioro de la morosidad, observamos un deterioro en las tasas de rodamiento (porcentaje de obligaciones de crédito que pasan de una categoría de mora a otra más grave en el mes siguiente). Las tasas de rodamiento más altas son un signo de mayor estrés financiero en los consumidores, ya que indican que más consumidores están teniendo dificultades para realizar sus pagos y menos de los consumidores en mora está pudiendo ponerse al día en sus cuotas vencidas”, asegura Olivella.
El deterioro fue más marcado para las tarjetas de crédito y los créditos de libre inversión. En particular para las tarjetas de crédito, la tasa de rodamiento para la categoría de mora de 30-59 días fue del 66 % en marzo de 2023, un aumento respecto al 57 % de marzo de 2022.
Del mismo modo, la tasa de rodamiento para la categoría de mora de 60-89 días fue del 81 % en marzo de 2023, en comparación con el 73 % en marzo de 2022.
Las tasas de mora en tarjetas de crédito y créditos de libre inversión probablemente estén viendo el mayor deterioro debido al entorno macroeconómico actual y a las crecientes presiones impulsadas por un crecimiento significativo en estas carteras en los últimos años.
“A medida que la economía y el mercado de crédito se desacelerarán, las entidades deben estar preparados para un aumento en el riesgo de sus portafolios, con estrategias adecuadas de mantenimiento y cobranza”, señala Virginia Olivella, directora senior de investigación y consultoría de Transunion.

Periodista económico en Vanguardia. Magíster en Estudios Políticos, de la Universidad de Caldas. Comunicador Social – Periodista, egresado de la Universidad Pontificia Bolivariana. De La Guajira.
malguero@vanguardia.com