Nuestros amigos y reporteros hicieron un recorrido por Bucaramanga y esta es la magia que destacan de sus recetas y experiencias.
En un recorrido por Bucaramanga hemos descubierto que es una ciudad que enamora a quien la visita, no solo por la belleza de sus parajes naturales sino porque conquista a sus visitantes al ser la tierra donde se consigue el cacao, la caña de azúcar, el café, la sandía, la piña, la mandarina y la naranja. Los productos que no se encuentran aquí se pueden conseguir fácilmente en los municipios cercanos, sin tener que salir de Santander.
La comida típica de Bucaramanga, y sus alrededores, está influenciada por la cultura indígena. Pero dejemos que sean nuestros amigos y reporteros quienes nos cuenten de la magia de la ciudad a través de sus recetas y experiencias. Algunos panitas, que vienen de Venezuela pero llevan varios años acá, aseguran que la ciudad recibe con cariño platos tradicionales de su país, por eso encontrarás algunas recetas de allá, porque aquí también se preparan con amor, para hacer sentir a aquellos nuevos vecinos como en casa.
Kevin Stiven Vellaizacc, 10 años.
“Bucaramanga es reconocida y destaca por ser la ciudad de la gastronomía. Aquí cuentan con el arte para preparar buenas comidas y tienen una gran afición por el buen comer. Tenemos algunos platos típicos como mute, arepa de maíz pelado, frijoles con pezuña, caldo de huevo, sancocho de gallina. Y cuando la llega la temporada de las ricas y famosas hormigas culonas, Bucaramanga resalta por su belleza tropical”.
Juan Camilo Reyes Mora, cocinero profesional.
“Cuando pienso en su gastronomía no puedo evitar recordar la comida callejera, ¡pero ojo!, no la estilizada que vemos hoy día, esa no. Hablo de la real, la que acompañó en cada esquina a muchos que hoy ya son adultos. La que vio nacer el amor por la tártara en la pizza, esa de masa galletuda y crocante. De esas hamburguesas con arepa de maíz blanco en la mitad y las papas fritas bañadas en ese matrimonio perfecto de piña, queso y tártara, que vendían en la esquina del barrio donde había que comer de pie porque faltaban butacos.
El recuerdo de un aroma en las mañanas de pan caliente recorriendo las cuadras de la ciudad y un inconfundible aroma a tamal con chocolate caliente. Y no puedo dejar de lado la comida china, que llegó por los años 70 a esta ciudad, y aquí, donde no gusta comer bastante, la acogimos para siempre.
Y en alguna parte aún quedan memorias de nuestra cocina criolla santandereana. En las plazas, restaurantes de corrientazos, desayunaderos y algunos pocos lugares de manteles donde se exalta la tradición con técnica”.
De esta gastronomía es de la que hablan nuestros panitas y amigos cuando dicen que Bucaramanga es la mejor ciudad para vivir porque tiene unos platos exquisitos.
Camila Tarazona, 13 años.
“No todas las delicias gastronómicas que tenemos en Bucaramanga incluyen sal en la receta. Aquí también algunos de los mejores dulces típicos de todo nuestro país. En los principales parques de la ciudad, en las dulcerías o en los parques que quedan muy cerca de Bucaramanga, podemos encontrar: bocadillos veleños, deliciosas obleas con nombres muy particulares, panuchas, brevas con arequipe, dulce de café y unos refrescantes raspados. Lo mejor es que hay lugares hermosos para disfrutar en familia mientras comemos estas delicias”.