El nuevo orden global postpandemia
La pandemia de COVID-19 puede alterar el tablero geopolítico global.
China se afianza como primera economía mundial. Rusia lo hace militar y geopolíticamente. Estados Unidos cede hegemonía. Europa dividida y debilitada aún más por la recesión económica. Y el Estado, en general, reivindica su utilidad en momentos de crisis. Este sería el escenario del mundo postpandemia, pronostican los expertos.
En este contexto, la continuidad o no de Donald Trump en la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre próximo en EE.UU. será crucial para el escenario global. Especialmente, teniendo en cuenta, que EE.UU. no sale bien librada de esta crisis. La pandemia ha puesto en el centro del foco a la primera potencia mundial.
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Los más de 2,5 millones de contagios y más de 1225000 muertos, que la sitúan como la nación más castigada por el nuevo coronavirus, sin duda, es un golpe muy fuerte a la imagen de EE.UU. bajo el gobierno de Donald Trump, consagrado a afianzar el unilateralismo.
Si bien no hay certeza de si en realidad habrá un cambio global, o si por el contrario seguirá el panorama de guerra comercial y de poderes entre Occidente y Oriente -liderados por EE.UU. y China-, David Peña, docente de Derecho Internacional de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, vislumbra un escenario de mayor expansión de la fuerza comercial y tecnológica del gigante asiático.
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Pese a ser el origen de la pandemia, considera que “China tiene los recursos económicos, el talento humano, una gran población con salarios de niveles diferentes a los de Occidente y con los equipos para atender la pandemia, que son los que en últimas compran los Estados para atacar el COVID”.
Peña incluso observa, que el discurso nacionalista de Trump de promover la economía local y sin sentido de solidaridad, “podría generar que China amplíe sus tentáculos de penetrar con mayor fuerza en toda la economía mundial” y así, lograr “sus propósitos de ordenar el mundo de otra manera”.
Otros expertos como Geraldine Bustos, docente y politóloga de la Universidad de La Sabana, van más allá, y plantea que el gran interrogante es cómo va a quedar el mundo después de la pandemia.
Para ello, agrega, es importante una consideración temporal: “no sabemos cuándo va a pasar la pandemia y, que de aquí al final de la pandemia, pueden ocurrir muchas cosas”. Y, por consiguiente, sus efectos a largo plazo son impredecibles.
En ese sentido, destaca el rol que va a jugar China en ese eventual proceso postpandemia, en virtud de que fue el epicentro del virus; y el mundo tiene los ojos puestos sobre esta potencia.
A pesar de toda su política de expansión, a juicio de Bustos, China podría empezar a perder cierto reconocimiento en el marco internacional, ya que otras potencias están juzgando su gestión y han cuestionado sus datos, sus tasas de contagio y mortalidad del COVID-19.
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¿Y Europa?
¿Qué pasará con Europa en todo esto? La politóloga Bustos asegura que perderá influencia, argumentando que Europa, aunque es un poder histórico, no está vigente, y en ese marco, Estados Unidos y Rusia entraran a ejercer “una posición más ofensiva hacia China”.
Juan Carlos Sierra Sánchez, historiador y analista en política internacional, está convencido de que China sale fortalecida después de la pandemia, lo afirma ha venido demostrando, y no se está viendo afectada con respecto a Occidente.
En ese orden de ideas, explica que China ha ascendido como uno de los ejes de la geopolítica mundial, y a partir de muchas de sus estrategias, se han movido las estrategias de Occidente, que no solo se han topado con la crisis del coronavirus sino una crisis de liderazgos.
Pone de relieve, además, la decadencia del predominio norteamericano y la crisis de confianza de la UE tras el “Brexit” (salida del Reino Unido del bloque europeo) y después de los golpes serios en la economía particularmente de Italia, Grecia y España, que con abultadas deudas que ya enfrentaban crisis antes de la pandemia, no estaban preparados para enfrentar la actual coyuntura.
La politóloga Geraldine Bustos reconoce un elemento muy presente en el manejo a la pandemia, enfocado en cada uno de los países, contrario a una respuesta coordinada internacional en un mundo interconectado. Según ella, se ha visto una postura muy aislacionista con cierre de fronteras y en el marco internacional, una disputa por bienes de primera necesidad como elementos de bioseguridad, y esto tendría un primer impacto en el orden mundial en detrimento de instituciones internacionales como la OMS o la ONU.
En consecuencia, esto va a terminar beneficiando a entidades estatales que logren salir de la pandemia con unas cifras favorables. Se refiere con esto a que el número de muertos no sea excesivo y la economía no quede muy golpeada.
Así las cosas, advierte que llegar de nuevo a niveles de globalización antes del COVID-19 va a tomar más tiempo, en un escenario postpandemia.
En concreto, el fenómeno de la globalización, que puso fin a la noción de Estado-Nación, quedará relegado en un futuro próximo, estima Bustos.
Por su parte, el analista internacional Juan Carlos Sierra Sánchez tiene la certeza de un nuevo escenario mundial, que se traducirá en dificultades de tipo colectivo para articular la movilización social, un aumento de la fuerza del autoritarismo y expresiones más minuciosas en términos de seguridad de los países, donde será mucho más difícil incluso hacer turismo.
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Periodista de Vanguardia desde 1996. Egresada de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Editora de la sección de Tendencias y Vanguardia Kids. Editora nocturna.
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