El Servicio Federal de Seguridad ruso acusa a los tres barcos ucranianos de violar sus aguas territoriales cerca de Crimea y de desoír las demandas de los guardacostas rusos.
El presidente ruso, Vladímir Putin, rompió ayer su silencio para lanzar una advertencia a Ucrania contra nuevos pasos “irreflexivos”, mientras un tribunal de Crimea ya encarceló por dos meses a 12 de los 24 marineros apresados el pasado domingo en el mar Negro.
“Los dirigentes ucranianos tienen toda la responsabilidad por crear una nueva situación de conflicto y por los riesgos que ello conlleva”, dijo Putin en una conversación telefónica con la canciller alemana, Angela Merkel.
Merkel, que prometió al líder ucraniano Petró Poroshenko, que mediaría para frenar la escalada en la zona del estrecho de Kerch, que une los mares Negro y de Azov, se encontró con un Putin firme en su acusación de que fueron los buques ucranianos los que cometieron una “burda violación del derecho internacional”.
Putin expresó una “gran preocupación” por el hecho de que Ucrania declarara el estado de excepción en 10 regiones del país y pusiera en alerta a sus tropas.
El líder del Kremlin expresó la confianza de que Berlín “influya en las autoridades ucranianas para disuadirlas de nuevos pasos irreflexivos” y vinculó la excesiva reacción de Kiev con las elecciones presidenciales de marzo de 2019, en las que Poroshenko aspira a la reelección.
Campaña internacional
Además Rusia puso en marcha una campaña internacional dirigida desde París por el canciller Serguéi Lavrov, quien aseguró que no hacen falta “mediadores” para arreglar el último contencioso entre Moscú y Kiev.
