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Reformas, bitcóin y reelección: La ‘osadía’ de Bukele en El Salvador
- Fotoilustración / VANGUARDIA
Destituyó a cinco magistrados de la Corte Suprema y al fiscal general a través del Congreso tras disputas; se tomó la Asamblea (Parlamento) con militares y policías para exigir que los legisladores aprobaran un préstamo; impulsa una reforma para redactar una nueva Constitución, la reelección inmediata y extender el periodo presidencial a seis años. Y este mes convirtió a El Salvador en el primer país del mundo en autorizar el bitcóin como moneda legal.
Además: Video: Nayib Bukele se autodefine como “dictador de El Salvador” en Twitter
Desde que llegó al poder, en junio de 2019, Nayib Bukele, el autoproclamado “presidente más cool” y “millenials” del mundo, ha puesto a pensar sobre su forma de gobernar.
Ha adoptado medidas que riñen con la institucionalidad, algunas veces desafiantes y otras con rasgos autoritarios, lo que ha despertado la inquietud internacional sobre el rumbo del pequeño país centroamericano, de apenas 20.000 kilómetros cuadrados y poco más de 6,4 millones de habitantes.
“Estamos limpiando nuestra casa y eso no es de su incumbencia”, dijo Bukele, de 40 años, en Twitter, su despacho virtual, al justificar el golpe judicial de mayo pasado. La red social ha sido su punta de lanza para comunicar y ejecutar sus órdenes.
Bukele, de origen palestino y ascendencia musulmana, se ha convertido en el fenómeno político, de las últimas décadas, más relevante y también el más controvertido de El Salvador.

Resulta paradójico que goce de una aprobación que no baja del 80% -uno de los líderes mejor valorados de América Latina- mientras se le acusa de menospreciar a la oposición, vetar a la prensa, no soportar la crítica, desmantelar las instituciones de control y menoscabar el rol de los poderes del Estado a la usanza de los viejos caudillos políticos regionales.
De hecho, Human Rights Watch, HRW, ha hecho eco a estas preocupaciones.
“La democracia en El Salvador está al borde del abismo” por seguir “el mismo libreto (de interpretar la Constitución) que usaron Daniel Ortega (en Nicaragua) y Juan Orlando Hernández (en Honduras)”, ha advertido José Miguel Vivanco, director en las Américas de la ONG.
Tenga en cuenta: Nayib Bukele: El presidente tuitero
Si bien Bukele tiene una legitimidad electoral y democrática, se observa un deterioro en aspectos como la separación de poderes, que se ve debilitada a través de la intervención en el ámbito judicial, opina Miguel Gomis, profesor de Ciencias Políticas e Internacionales de la Universidad Javeriana.

También menciona ciertas reglas de juego como el tema de la reelección.
A comienzos de este mes la Corte Suprema aprobó la reelección presidencial, lo que le abre las puertas a Bukele para buscar un segundo mandato en 2024.
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Gomis reconoce que este tipo de acciones de Bukele “disminuyen la rendición de cuentas, pero no significa que el pluralismo deje de ser competitivo como tal, no estamos en un nivel que sea considerado como un autoritarismo abierto”.
Otras medidas adoptadas por el exalcalde de la capital salvadoreña serían menos ortodoxas. Se le acusa, incluso, de haber hecho en secreto un acuerdo con las maras (pandillas) y la delincuencia organizada para bajar los índices de violencia.
Hay que recordar que El Salvador es considerado como uno de los países más violentos del mundo (21 homicidios por cada 100.000 habitantes), aunque el país cerró el 2020 con 1.322 homicidios, casi la mitad de los ocurridos en 2019.
Aunque mucha gente ve con alarma lo que está pasando en El Salvador, de manera justificada, el docente universitario aclara que no se puede decir de manera plena que sea un gobierno autoritario, pero sí hay decisiones que apuntan a ciertas características de ese talante.
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En esa misma línea se refiere Jaime Rendón, investigador de la Universidad de La Salle, quien asegura que el presidente Bukele se ha caracterizado por medidas de riesgo, asumiendo unas actitudes antes y durante la pandemia de la COVID-19, que le han valido reacciones de asombro por parte de la comunidad internacional.
El bitcóin es una de ellas, apunta el doctor de Economía Internacional y Desarrollo, quien señala que puede considerarse como un paso adelante en algo que necesariamente el mundo va a ir asumiendo con el tiempo, aludiendo a las criptomonedas.
Sin embargo, dice que tratarse de un país tan pequeño, con una fragilidad de su economía y sociedad (48% es pobre), advierte que esto podría tener unas repercusiones fuertes.
En efecto, el país afronta una crisis fiscal que lo obliga a obtener mayor financiamiento para enfrentar la deuda adquirida en el último año.
El Salvador, a juicio de Rendón, perderá “cualquier posibilidad de manejo autónomo de su política monetaria”, elevando otros riesgos como el lavado de activos y los negocios ilícitos por la falta de un regulador.

El experimento del bitcóin en El Salvador ha generado interrogantes en los mercados y no termina de convencer a los salvadoreños que han salido a las calles a protestar.
El punto aquí clave es cómo se va a fortalecer la confianza, el valor y el respaldo de moneda virtual en El Salvador, afirma en ese sentido Jorge Iván Cárdenas, economista de la Universidad de La Salle.
“Los inversionistas con perfil de riesgo alto podrían especular porque sería un país de derecha que toma la decisión de respaldar una criptomoneda, recordemos que Venezuela ya lo hizo, pero como es un gobierno que carece de legitimidad, el Petro no tuvo ningún respaldo”, remarca el experto.
Un factor determinante, según él, es “si las condiciones políticas en el país dan para que la criptomoneda siga fortaleciendo su valor en términos de intercambio, aprender a pagar con un celular o con una billetera digital”.
El bitcóin como moneda oficial en El Salvador trae unos grandes retos para la economía, el empresariado y la ciudadanía, pero también beneficios en términos de inversión extranjera, asegura por su parte Natalia Andrea Baracaldo, directora del programa de Contaduría Pública de la Pontificia Universidad Javeriana.
En ese orden de ideas, explica que el Gobierno de Bukele ha destinado unos recursos importantes y esfuerzos para brindar acceso, beneficios, procesos de sensibilización e incentivos para el uso diario de bitcóin.
Aunque meses atrás, el bitcóin generaba preocupación sobre el impacto e inestabilidad que traería a la economía, sin embargo, “hoy los resultados han traído un apoyo político e institucional el cual puede traer beneficios de inversión extranjera al país y desarrollo potencial de servicios financieros y tecnológicos en los casos de la minería cripto, como las remesas, que tienen una representación importante en la dinámica económica local”.
En cuanto a que sea empleado como medio para el lavado de dinero, no sólo en El Salvador, sino en cualquier país del mundo, Baracaldo admite que cualquier medio de pago puede ser utilizado para este fin.
“En ese sentido, es importante destacar las guías que venido desarrollando el FATF (Financial Action Task Force), esta entidad es la que ha venido dando las pautas que en materia de lavado de activos los países deben tener”, puntualizó la experta consultada.

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Periodista de Vanguardia desde 1996. Egresada de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Editora de la sección de Tendencias y Vanguardia Kids. Editora nocturna.
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