Para no afectar a las abejas cada vez que se requiere controlar una emergencia, el Cuerpo de Bomberos de Bucaramanga apoyó la idea de uno de sus oficiales de conseguir portanúcleos para salvarlas.
Hugo Fernando Soler Chávez, quien desde hace 10 años pertenece a esta dependencia y hace seis es apicultor, narró a Vanguardia.com que debido a su pasión y el conocimiento que ha adquirido del insecto, propuso una iniciativa para aplicarla y no acabar con esta especie.
Ahora, cuando llegan a atender casos de abejas, comentó, las capturan con una caja provisional de madera que se llama portanúcleos, y luego las reubican en un entorno natural.
“Es una técnica bastante dispendiosa porque son insectos muy frágiles. Para que sea efectivo se debe capturar a los tres componentes: las abejas macho, la obrera y la reina. Sin la última el enjambre no se salvaría”.
“Con esto también se asegura la multiplicación por colonia capturada entre cuatro mil y 50 mil abejas, en cuatro meses, contados desde el momento que se cogen”.
Durante las últimas dos semanas, los 80 bomberos de la ciudad han recibido las debidas capacitaciones organizadas por Soler Chávez. Junto con cuatro profesionales del área metropolitana buscan dar a conocer el nuevo método y cómo no aniquilar esta especie.
“Entre uno y tres casos diarios”, afirmó Jaime Moreno, director de la entidad, es lo que atienden sobre todo en zonas residenciales, colegios y centros comerciales.
Anteriormente, en medio de las emergencias “se utilizaban métodos que no aseguraban a largo plazo que la colonia objeto de control, se recuperara a tiempo”, explicó Soler.
Para realizar el procedimiento adecuado, el Cuerpo de Bomberos adquirió ocho portanúcleos con los cuales atienden los casos. “Yo siempre voy con los muchachos y hago el proceso para que ellos se den cuenta y aprendan”, manifestó el bombero y apicultor.
El propósito que tienen, indicó, es conseguir entre 20 y 30 portanúcleos.
La especie más invaluable del planeta
En el último debate de la Sociedad Geográfica Real de Lóndres, que se llevó a cabo en abril de este año, el Instituto Earth Watch calificó a las abejas como la especie más valiosa del mundo. Por esta misma razón, puntualizó Soler Chávez, se dieron a la tarea de proteger a la especie.
“Este dato es importante porque eso quiere decir que sin ellas no podríamos vivir. Incluso sé que siete de cada 10 biólogos en el mundo piensan que el declive de las colmenas es una amenaza para el ser humano, aún mayor, que el mismo cambio climático”.
“A lo largo de 50 millones de años, ellas son las responsables de la polinización. Al desaparecer (las abejas) dejarían de existir aproximadamente cuatro mil tipos de plantas, biodiversidad y otras especies. También la producción agrícola bajaría un 40% colocando en crisis la capacidad de producción alimentaria para la humanidad”.
Ley busca proteger las abejas
A esta buena práctica se suma un proyecto de ley que lidera Didier Burgos, representante a la Cámara por el Partido de la Unidad. Lo que se pretende es cuidar la vida de las abejas y mejorar el desarrollo de la apicultura.
Éste fue aprobado en junio pasado en segundo debate por la Plenaria de la Cámara de Representantes. En julio tendrá que presentarse el tercer debate en el Senado de la República.
De ser aceptado, se explica en un comunicado de la Cámara, se buscaría “establecer políticas públicas que garanticen un ambiente sano para los polinizadores, la protección de la flora apícola y se consolidaría al sector como un componente estratégico para la seguridad y soberanía alimentaria del país y la conservación del ecosistema”.
De acuerdo con los datos estadísticos suministrados por la Cámara, en los últimos tres años han muerto por envenenamiento un 34%. Esto significa que son “cerca de 15.677 colmenas del total de 46.186 reportadas hasta julio de 2017 por el Colectivo de Abejas Vivas”.
“Algunos estudios señalan que el gremio apicultor ha sufrido pérdidas de aproximadamente $21 mil 625 millones (datos parciales entre 2014 y 2017), sin incluir el daño a polinizadores nativos”.
