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Bucaramanga
Lunes 09 de noviembre de 2020 - 12:00 PM

Las secuelas del confinamiento en muchos niños santandereanos

Según María Alejandra Rubio, psicóloga consultada por esta redacción, el impacto emocional causado en los niños por el aislamiento es considerable.

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 Archivo/ VANGUARDIA
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“Durante el confinamiento los niños están en riesgo de desarrollar trastornos por estrés agudo, por estrés postraumático, trastorno adaptativo, depresión y ansiedad”, esta es tan solo una de las conclusiones arrojadas tras un sondeo hecho por el Instituto Colombiano de Neurociencias a 1.044 niños de 651 hogares.

Entre las conductas infantiles derivadas de este encierro, están: problemas para dormir o levantarse, contestan fuerte o grosero, se frustran con frecuencia, cambio de apetito, se aburren con facilidad, les cuesta trabajo concentrarse, lloran con frecuencia, no hacen caso, se niegan a hacer las tareas, son más desordenados, están hiperactivos, entre otros.

Y es que si el cambio en la rutina ha sido bastante drástico para los adultos, lo es quizá mucho mayor para los más pequeños de la casa, quienes, de un día para otro, se vieron obligados a no regresar a su colegio, no volver a jugar con sus amigos, no correr al aire libre ni visitar a los abuelos, entre otras situaciones cotidianas.

Los niños se han tenido que adaptar en tiempo récord a la nueva realidad. Según la psicóloga María Alejandra Rubio, el impacto emocional causado en los niños por el aislamiento es bastante considerable.

“Los niños aprenden y se desarrollan a través de la socialización, contacto con el medio ambiente y la experiencia de poder imitar y compararse con otras personas, todo esto lo están perdiendo por estar confinados”.

Las cifras así lo demuestran. Según los datos arrojados por el Instituto Colombiano de Neurociencias, el 42% de los niños encuestados presentaron síntomas relacionados con habilidades académicas, y el 82% síntomas relacionados con salud mental y comportamiento.

¿Cómo pueden los padres manejar esta situación?

Según la psicóloga Rubio, “es importante tratar de mantener las rutinas en la medida de lo posible, respetando horarios. Hablar abiertamente, explicarles hasta donde su nivel de entendimiento lo permita el por qué las cosas han cambiado, y cómo se están modificando esas rutinas.

“Por otro lado, no sobrecargarlos de información, porque metemos miedos que los niños no saben manejar, hablarles con claridad pero sin generarles angustias adicionales, como noticias, cifras, curvas, número de muertos, enfermos, síntomas, porque les trasmitimos el miedo. Ya hay muchos niños preguntando y tienen pavor hasta de salir a la puerta de su casa”.

La psicóloga aconseja “estar muy atentos en los cambios de comportamiento, en sus hábitos de alimentación, emociones, dudas que surgen, estar alertas y tener muy presente que la salud emocional de ellos ahorita está impactada por el cambio de rutinas, falta de socialización, falta de sol, de contacto con el medio ambiente y con otros seres humanos”.

En definitiva, sin menospreciar el temor de los padres, según los expertos por el querer proteger a los niños se les está haciendo un daño muy grande.

La ausencia de contacto con otros niños, la falta de interacción, de actividades que estimulen su desarrollo cerebral a causa de las restricciones, puede desarrollar en el futuro de los niños varios traumas. Es Importante que sepan que hay una nueva realidad y nuevos cuidados, porque todo cambió.

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Publicado por Redacción Vanguardia

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