Video: Más de 900 toneladas de residuos se han dejado de llevar a El Carrasco
Andrea Rueda Vargas, de 25 años de edad, llegó a trabajar hace un año y medio como operaria de la Estación de Clasificación y Aprovechamiento de Residuos Sólidos, ECA, un proyecto relativamente nuevo, a cargo de la Empresa de Aseo de Bucaramanga, Emab. Esta oportunidad laboral la sacó de la informalidad.
Desde los 18 años de edad, ella trabajaba reciclando en el barrio Girardot. Sus tías, cuatro dedicadas a esta labor, le enseñaron. Pero, a su juicio, no es un negocio que sea muy rentable en esas condiciones y menos ahora que la competencia ha incrementado desmedidamente.
“Duré cinco años con ellas. Salía de mi casa a las 3:00 de la mañana, porque a las 4:00 de la mañana ya debía estar trabajando. Cuando nos iba bien nos pagaban $20.000 el día. Mejor dicho, si usted hizo ganó y si no pasa el día ‘en blanco’ o solo se ganaba para el transporte. Nos tocaba muy duro porque teníamos solo un coche”, relató.
Así las cosas, para Sandra, el hecho de trabajar en la ECA más allá de garantizarle un sueldo fijo, le ha permitido aprender sobre este tema que tanto le ha costado a la ciudadanía; pues, a pesar de los años que llevaba ‘rebuscándose’ en la calle, ella -así como muchos- desconocía que el reciclaje no es solo la selección de cartón, botellas, metal y vidrio.
“En la calle la competencia es muy dura y muy mal paga, pero no se recicla todo. En la ECA sí se les da aprovechamiento a muchos residuos porque hay de todo tipo. Poco a poco, la gente ha ido aprendiendo y colabora mucho entregando este material a las rutas recicladoras, por eso la invitación es para que todos reciclemos y contribuyamos con el medio ambiente”, expresó.
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La ECA fue inaugurada en octubre de 2019, con el objetivo de aprovechar los residuos sólidos y disminuir la cantidad de desechos que recibe el sitio de disposición final El Carrasco. Actualmente se está logrando que, en promedio mensual, unas 60 a 70 toneladas de material se reincorpore al ciclo productivo, pero la meta es llegar a las 100.
Cuando se inició la operación de este lugar, el primer mes, apenas se alcanzaron a recaudar 13,6 toneladas.
Edwin Quiroga, técnico operativo de la Oficina de Innovación Ambiental de la Emab, aseguró que el objetivo es seguir ampliando la cobertura y aumentar la captación. Sin embargo, no desconoce que el camino es bastante difícil por la cantidad de empresas en la ciudad dedicadas también a esta actividad, así como muchos informales.
“Nosotros hemos llegado a zonas donde históricamente ninguna prestadora de este servicio público había hecho presencia. Hablamos del Kennedy, Villa Rosa y Colorados, entre otros sectores del Norte; de igual manera estamos en Morrorico, pero la idea es abarcar más puntos”, precisó.
Quiroga explicó que el proceso en la ECA inicia en la recepción cuando llegan los vehículos de recolección; luego, el material se dispone en una tolva de alimentación; y, posteriormente en una banda transportadora inclinada de una longitud de 11,8 metros se transportan hasta un rompedor de bolsas, cuya función es fragmentar las bolsas para que los residuos se segreguen en una banda transportadora horizontal que consta de 19,38 metros.
En esta última, hay capacidad para 20 operarios, quienes manualmente deben hacer la clasificación de los cinco tipos de materiales: vidrio, metales, cartón, papel y plásticos. Tras este procedimiento también se obtiene un material de rechazo, que es el contaminado, que termina en El Carrasco. Por el momento, ese material de rechazo equivale al 10% de lo recaudado diariamente.
“Cuando finaliza la clasificación, lo recuperado se lleva a las tres máquinas compactadoras que tenemos con capacidad de 30 toneladas de fuerza, para sacar unas ‘pacas’ (de cartón, latas aluminio, pet, plástico) que se llevan a las (tres) básculas de pesaje, para ahí si comercializarlas en el mercado local y nacional. De esta manera, logramos introducir los materiales al ciclo productivo”, subrayó.
Fernanda Irreño Martínez, coordinadora comercial de la Emab, comentó que a través de la ECA se ha logrado incorporar al ciclo productivo unas 600 toneladas, que es el material denominado “efectivamente aprovechado”. Pero, en total, se ha evitado que 900 toneladas de residuos lleguen al sitio de disposición final.
“El material efectivamente aprovechado, nosotros lo estamos comercializando. Se busca que los compradores locales y nacionales puedan cerrar el ciclo, pero damos prioridad a quienes adelantan sus procesos aquí en Santander”, acotó.
Cabe resaltar que desde el segundo semestre del año pasado entró en servicio nuevamente el Punto Limpio Metropolitano, ubicado sobre la Avenida Los Samanes con calle 56, sector principal de ingreso a la Ciudadela Real de Minas, donde cualquier ciudadano de Bucaramanga y el área metropolitana puede hacer la disposición correcta de material aprovechable, residuos posconsumo y peligrosos, eléctricos y electrónicos, y especiales que se generan dentro de sus hogares.
La Emab se hizo cargo de la recolección y disposición final de todo lo que allí se deposita, complementando la función que actualmente tiene la ECA.
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Periodista egresada de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro de Vanguardia desde 2010. Trabajó con Q’hubo Barrancabermeja en 2016 cubriendo temas judiciales. En la actualidad es reportera de la sección Área Metro, apoya en la elaboración de contenidos digitales y transmisiones en directo y es la encargada de la campaña ‘No te quedes callada, denuncia si fuiste agredida’ donde se manejan temas de violencia contra la mujer.
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