Santander, la cuna de los goleadores del fútbol profesional
Decir goleador en Santander es remontarse a épocas gloriosas en las que Alfredo ‘El Pirata’ Ferrer festejaba los goles del Atlético Bucaramanga, al lado de Juan Carlos ‘El Nene’ Díaz y Miguel Oswaldo González.
Decir goleador en Santander es recordar a Armando ‘El Piripi’ Osma definiendo con categoría las asistencias de un tal Carlos ‘El Pibe’ Valderrama en el Deportivo Cali.
Decir goleador en Santander es repasar el libro de los máximos anotadores de la Liga colombiana y encontrar que en el 2004 un barranqueño, Sergio Darío Herrera Montt, dejó su nombre grabado con el rojo del América de Cali.
Decir goleador en Santander es reír con la celebración, dando saltos como un conejo, de Luis Gabriel Rey, cuando marcaba tantos en el fútbol mexicano, donde es el colombiano más goleador de la historia, y en la Selección Colombia.
Decir goleador en Santander es pronunciar con ‘acento golpeado’ dos nombres que a partir de ahora integran la lista de los grandes de la Tierra del Cañón del Chicamocha: Michael Rangel Valencia y Sebastián Herrera Sanabria, quienes en el 2019 se convirtieron en los máximos artilleros de la A y de la B del fútbol profesional colombiano.
Dos delanteros brillantes, que heredaron la definición, gambeta, potencia y mentalidad ganadora, de Ferrer, Osma, Herrera y Rey, cuatro de los históricos goleadores del fútbol de Santander.
Rangel, el artífice de la estrella 14 del América
En Santa Fe, Millonarios y Junior ya había demostrado que tenía la ‘pólvora’ para hacer explotar las redes contrarias, pero le faltaba un ingrediente que lo consagre como la gran figura que prometía.
Al América llegó con ese gran interrogante ¿Podrá Rangel ser transformarse en el líder que necesita un equipo grande para llegar a lo más alto?
Y desde su debut ante Alianza Petrolera, Michael Rangel Valencia empezó a demostrar que quería estampar su nombre en la historia de los ‘Diablos Rojos’, una institución que buscaba dejar atrás el peor momento de su historia, con 11 años de ayuno de títulos, en los que tuvo una tormentosa estadía en la B.
En los clásicos es donde se conoce a los grandes y allí el ‘rompecorazones’ dejó su sello. Un 9 de septiembre, ante Cali, inició el idilio con la afición del americana, al marcar dos tantos de cabeza en el clásico vallecaucano.
Después, frente a Nacional, convirtió una diana, especialidad de la casa, de chilena, acción que constantemente lo deja en el primer lugar del ranking de goles de la fecha, en los diferentes programas deportivos.
En los cuadrangulares semifinales confirmó su rol de figura de los vallecaucanos, al anotar cuatro goles, uno de ellos definitivo ante Santa Fe, que le dio el paso a la final: durmió el balón en el pecho y de volea lo acomodó en un ángulo imposible.
Y en la disputa por el título, ante el todo poderoso Junior de Barranquilla, bicampeón de Liga, Rangel cumplió el sueño de niño, ese que en el barrio Zapamanga de Bucaramanga jugaba a ser campeón y goleador del fútbol profesional colombiano.
“Estoy muy contento porque es el mejor momento de mi carrera, en este año gané con Junior la Liga I y la Superliga, y con América quedé campeón de la Liga II y goleador del campeonato”, dijo Michael Rangel.
Rangel, además de convertirse en el goleador del campeonato, con un total de 13 goles, igualado con el argentino Germán Cano, se transformó en el mejor pívot de Colombia, demostrando que tiene la técnica para participar en la generación de juego.
Lea también. América, con el santandereano Rangel, reafirmó su grandeza.
El renacer de Herrera
De Juan Sebastián Herrera Sanabria se alcanzó a decir que no tenía más futuro en el fútbol.
Y es que después de llegar a Junior en el 2017, tras pasar por Real Santander, Alianza Petrolera y Barranquilla FC, su carrera tuvo un bajón que lo llevaron a jugar sin mayor suceso por Jaguares y Huila.
En el 2019 arribó a Cortuluá, en la B, con la convicción de reinventarse como jugador.
“Cambié mi mentalidad. Puse todo en manos de Dios y dejé de hacer las cosas que me estaban estancando. No sólo me dediqué a preparar la parte física y futbolística, bajando mis porcentajes de grasa, sino que trabajé la parte mental”, reconoció el santandereano de 25 años.
Y precisamente ese cambio de mentalidad, le dieron el toque que le faltaba a su carrera. Herrera se transformó, con goles y buen fútbol, en el referente del club del ‘Corazón del Valle’.
Como cuando probó suerte, en un reto de su hermano Diego, en la Sub 20 del Real Santander, cuando llevaba cinco años sin practicar fútbol de manera competitiva, más allá de las ‘recochas’ en el colegio y el barrio, Herrera sorprendió a propios y extraños.
Su fortaleza para aguantar de espaldas el balón, su técnica para asociarse y su ‘olfato’ de gol, fueron vitales para que Cortuluá cumpliera con una destacada campaña, que lo llevó al subcampeonato en el primer semestre y a disputar el repechaje de ascenso con Chicó, que lo dejó en las puertas de la A.
El atacante santandereano terminó la temporada en la cima de la tabla de goleadores de la B con 24 goles y está en la mira de varios elencos de la A.
“Sueño con consolidarme en la Primera División. Ahora tengo más madurez y me parece que estoy capacitado para ser protagonista, así como lo hice en la B. En estos momentos la primera opción la tiene Cortuluá, club con el que estoy muy agradecido, porque me abrió las puertas”, sostuvo Herrera Sanabria.
Él se convirtió en el tercer santandereano en ser goleador de la Segunda División, después de Sergio Herrera, con Alianza Petrolera en el 2003 y Marlon Díaz, con Bucaramanga en el segundo semestre del 2009.
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Comunicador social y periodista egresado de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro de Vanguardia desde 2010, hace parte de deportes impresos. Desde que llegué cubrí deportes y siempre ha sido mi gran pasión.
Nominaciones: ganador de dos premios Luis Enrique Figueroa en 2012 con una crónica 90 minutos de libertad y 2019 con el cumpleaños 70 del Atlético Bucaramanga.
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