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La competencia por hallar la cura al COVID-19
- Fotoilustración / VANGUARDIA
El 31 de diciembre de 2019 China reportó a la Organización Mundial de la Salud, OMS, que había un brote de una extraña neumonía en Wuhan. Hoy, siete meses después, el coronavirus se ha propagado por todo el mundo hasta superar los 14 millones de contagios y las 600 mil muertes, así que la necesidad de encontrar una cura se vuelve apremiante.
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Luego de que las autoridades chinas difundieron el código genético del virus SARS CoV-2 (nombre técnico y científico del coronavirus), comenzó una frenética carrera para obtener una vacuna en tiempo récord.
China, Estados Unidos, Reino Unido y Alemania pugnan por ser los primeros en descubrir la inmunidad frente a la COVID-19.
En total, hay 149 proyectos de vacuna en marcha, pero cinco llevan la delantera y avanzan en la fase III con las pruebas a miles de voluntarios para medir su efectividad y seguridad (Ver recuadro).
¿Qué tan factible es hallar la ansiada vacuna este año?
En primer lugar, Juan José Rey, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab, asegura que los desafíos que plantean estos tiempos son superiores a los de hace un siglo, tratándose de enfermedades infecciosas agudas como la COVID-19.
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A su juicio, el tema de fondo, más allá del tiempo y los recursos, “es poder encontrar en el conocimiento del virus, cuál es su flanco o cuál es su talón de Aquiles”.
En otras palabras, en qué sitios se puede generar este tema de la inmunidad, recalca el médico cirujano y especialista en epidemiología.
“Más que el tiempo, es la eficacia, qué tan efectivas son las vacunas, en términos de protección, que vayan a salir, esa es la gran duda que se tiene”, subraya Rey.
Hay que recordar que en el mundo viven unos 7.000 millones de personas y para frenar la pandemia sería suficiente con tener un 60% de la población con anticuerpo.

Si bien el experto admite que indudablemente la vacuna es la solución, una preocupación es el fácil acceso de la misma.
Destaca en ese sentido el papel que pueda jugar la Organización Mundial de la Salud, (OMS), cuyo prestigio hoy es puesto en duda especialmente por Estados Unidos que ha criticado su gestión y su “complicidad” con China.
Por ello opina que hay que respaldar a la OMS, reconociendo sus logros como erradicar de la faz de la tierra el problema de la viruela, porque considera que “esas batallas ganadas son importantes recordarlas hoy”.
Según Rey, la comunidad científica internacional también debe ejercer presión para que la vacuna sea de interés público y no se convierta en un monopolio de las grandes potencias o farmacéuticas.
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Hasta el 2021
Carlos Trillos, epidemiólogo y profesor de la Universidad del Rosario, hace énfasis en que hay múltiples estudios en varios continentes para desarrollar una vacuna, algunos en fase III, lo cual dice es muy prometedor.
En esa línea, anota que se está probando la eficacia y la seguridad en seres humanos, y es posible que a finales del año se vean resultados. No obstante, calcula que la vacuna del COVID-19 será una realidad en 2021, porque hay que cumplir una serie de procesos adicionales de producción y distribución que tienen que ser avalados por las autoridades sanitarias.
En lo que respecta al destino de la vacuna, Trillos explica que deben participar organismos multilaterales como la OMS, la OPS y autoridades sanitarias de los países, para entrar a evaluar el comportamiento epidemiológico de la pandemia, determinar la población crítica, y realmente llegar a una inmunización con impacto global.
