La salud de una sociedad tiene mucho que ver con la forma en que las administraciones tratan a sus ciudadanos más vulnerables, y los peatones son, indiscutiblemente, los usuarios más indefensos de nuestras calles.
Editorial
Reciclar es un compromiso con nosotros y con el planeta
Una nueva evaluación sobre los índices de reciclaje acaba de entregar a la opinión pública el programa Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos, BMCV, y el resultado no puede ser más desalentador, pues seguimos careciendo casi en absoluto de este proceso, que cada vez es más importante para las ciudades, algunas de las cuales, en los países desarrollados, lo consideran vital para la salud pública y la calidad de vida de los ciudadanos. El resultado para el área metropolitana nos muestra que únicamente aquí se separa y clasifica el 3,6 % de los residuos sólidos para ser reutilizados, un porcentaje extremadamente bajo.
Los municipios del área, tanto los gobiernos, como los ciudadanos, deben entender de una vez por todas que el reciclaje contribuye significativamente a la reducción de la cantidad de residuos que terminan en vertederos, lo que a su vez disminuye la contaminación del suelo y el agua, así como la emisión de gases de efecto invernadero. Estos impactos ambientales son especialmente cruciales en ciudades intermedias como las nuestras, donde el espacio es limitado y las presiones sobre los recursos naturales locales son cada vez mayores. Por esto es que el reciclaje se convierte en una herramienta vital para garantizar un futuro sostenible a las próximas generaciones.
Pero, además de estos incuestionables beneficios, el reciclaje, si se convierte en una política gubernamental de largo plazo, también puede convertirse en un generador de empleo local y un motor más para la economía, pues al promover todas las actividades que componen todo este proceso, se va a necesitar de una buena cantidad de puestos de trabajo con personas que puedan atender, cuando menos, las fases de recolección, clasificación y reciclaje de residuos, lo que no solo beneficia a la comunidad al ofrecer oportunidades de empleo, sino que también fomenta la innovación en el ámbito de la gestión de residuos y la economía circular.
Lo que debemos entender los bumangueses y los habitantes del área metropolitana, es que el reciclaje no es una utopía de grupos ambientalistas, sino que en el mundo actual es un pilar fundamental para el desarrollo sostenible de las ciudades. Los beneficios son claros en reducción de la contaminación, creación de empleo, educación y conciencia ambiental y mejoramiento de la calidad de vida de la comunidad. Es hora de reconocer que el reciclaje es al mismo tiempo una inversión en el bienestar de nuestras ciudades y un compromiso con un planeta más saludable para todos.