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Lunes 18 de mayo de 2020 - 12:00 PM

En Bucaramanga, realizan el primer trasplante de corazón en medio de la pandemia en el país

Un menor de 10 años con una afección cardíaca se convirtió en el primer paciente trasplantado de corazón en Santander, en medio de la crisis generada por el COVID-19. El procedimiento resultó exitoso pese a la escasez de donantes y el reforzamiento de protocolos.

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Con tan solo 10 años, el pequeño Thomás que llegó desde Barranquilla a Bucaramanga para ser atendido en la Fundación Cardiovascular de Colombia, FCV, se convirtió en el primer paciente pediátrico del país en recibir un trasplante de corazón, en medio de la pandemia del COVID-19.

Una miocardiopatía dilatada, enfermedad que provoca el aumento del tamaño de los ventrículos y dificultad para que el corazón bombee sangre de forma normal, trajo a Thomas a tierras santandereanas.

“Fue una enfermedad que nos tomó por sorpresa. Él era un niño totalmente sano”, recuerda Yuleini Díaz Noguera, madre del menor.

Vómito, náuseas y mareos prendieron las alarmas de esta familia barranquillera, quienes después de recibir múltiples diagnósticos y conceptos de diferentes expertos, encontraron la respuesta definitiva con el equipo médico de la FCV.

“Terminando diciembre al niño le dio una gripa que no pensamos que fuera a pasar a mayores. Sin embargo, 20 días después se enfermó de nuevo, según los médicos era gastritis”, cuenta Yuleini.

Un electrocardiograma reveló que estaba mal del corazón, por eso decidieron trasladarlo a la FCV, en donde obtuvieron el diagnóstico definitivo: debía ser trasplantado e inmediatamente pasó a lista de espera.

Javier Castro Monsalve, jefe del Servicio de Cardiología Pediátrica de la FCV, precisó que Thomás presentaba una miocardiopatía dilatada idiopática que le afectó severamente el corazón.

Carrera contrarreloj

Con el diagnóstico en firme y las esperanzas puestas en lograr una segunda oportunidad para el pequeño Thomás, la lucha por conseguir un donante comenzó. Una batalla contra el tiempo, que en época de pandemia, se convirtió en un reto mayor.

“Para mi fue un golpe duro, porque conseguir un corazón es muy difícil. Cuando comenzó la cuarentena nos habían dicho que era muy difícil que llegara un donante, no esperaba algo así, sin embargo, me aferré a la esperanza que iba a aparecer el donante y así fue”, narra la madre.

“El mayor número de nuestros donantes son adultos. La cantidad de donantes pediátricos es mínima, lo cual quiere decir que cuando un paciente pediátrico requiere un corazón para ser trasplantado, tiene muy poca posibilidad porque la mayoría tendrá una desproporción en tamaño respecto al que está necesitando”, explica Antonio Figueredo Moreno, jefe de Cirugía Cardiovascular de la Fundación.

Así las cosas, a la dificultad que de por sí tiene realizar un trasplante de corazón pediátrico, se suma la disminución del número de donantes por razones derivadas de la pandemia como el aislamiento, las limitaciones para la consulta y las restricciones en la movilización.

Una luz de esperanza

A pesar de que Thomás estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos, en donde diferentes medicamentos mantenían las funciones mínimas de su corazón, su salud empezó a deteriorarse de tal manera que el equipo médico le propuso a su familia implantarle un corazón artificial.

“Me comentaron sobre algunas alternativas porque la búsqueda del corazón era un tema complejo. Eran días muy difíciles, al punto que Thomás deseaba morirse, pero yo mantuve la esperanza de que ocurriría y así se dio”, refiere Yuleini Díaz Noguera.

Tras dos meses de espera la noticia que tanto querían oír, llegó: en una ciudad cercana a Bucaramanga había un posible donante.

Inmediatamente empezaron los análisis para determinar si era compatible. Adicional a las pruebas que se realizan siempre para estos casos, esta vez se tuvo que practicar una adicional para descartar que el donante estuviera infectado por el Sars-CoV-2.

“Al llegar a la clínica me enteré de la noticia. Mi hijo llevaba dos semanas malito, pero ese día no podía de la emoción”, agrega Yuleini.

Después de 30 horas de trabajo, entre rescatar el órgano (extraerlo seguramente del donante y transportarlo de forma segura al hospital) y el trasplante, Thomás ya tenía su nuevo corazón, pero la dicha no era completa, las pulsaciones de su nuevo compañero eran muy bajas además sufrió dificultades neurológicas.

“A pesar de todo lo que hemos pasado me siento muy agradecida con Dios porque fue muy bueno con nosotros, Él permitió que el corazón llegará en el momento que mi hijo más lo necesitaba. Me siento agradecida con el personal médico y por supuesto con la familia del donante, no sé quienes son pero les agradezco porque hicieron que el corazoncito llegará”.

Thomás todos los días le agradece a Dios y al donante, quien le permitió tener una oportunidad de vida otra vez.

Aún siguen esperando una segunda oportunidad

Laura Hernández, coordinadora de Trasplantes de la Fundación Cardiovascular manifestó que en tiempos de pandemia ha sido muy difícil encontrar donantes, pues todo el mundo está en su casa en aislamiento y eso los ha afectado notablemente.

“Normalmente en los primeros meses del año recibíamos entre 30 y 35 alertas, en este último mes solo fueron siete alertas de potenciales donantes de órganos. En los primeros tres meses tuvimos tres donantes por mes, en abril tan solo tuvimos un donante”, dijo.

La disminución en los donantes de órganos no solo ha afectado a Santander, es una etapa que se vive en todo el territorio.

En la actualidad, cerca de 90 personas están a la espera de un corazón, hígado o riñón en Santander, buscando una segunda oportunidad.

“Hemos estado muy limitados, la lista no se ha logrado disminuir. El año pasado llevábamos 18 donantes en los primeros cuatro meses, este solo año llevamos nueve”, revela Hernández.

En 2019, en la regional cuatro, conformada por los departamentos de Santander, Norte de Santander, Cesar y Arauca, se realizaron 46 trasplantes: 30 de riñón, 11 de corazón, cuatro de hígado y uno combinado de páncreas-riñón.

Hoy, en Colombia hay más de 4.000 personas en lista de espera, cifra que supera con creces los 1.302 trasplantes realizados en todo el país el año pasado.

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Publicado por Claudia Isabel Delgado

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