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deportes/futbol local
Sábado 28 de diciembre de 2019 - 12:00 PM

El Día del Fútbol Santandereano al estilo Pocheche

El viernes pasado se celebró en la Cancha Marte de Bucaramanga el tradicional Día del Fútbol Santandereano, un acontecimiento que desde hace más de 20 años organiza Orlando Morales Silva, el popular Pocheche, quien contó varias anécdotas para reír a carcajadas y también dejó ver su lado humano a la hora de realizar el evento.

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Fabián Hernández / VANGUARDIA
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Fabián Hernández / VANGUARDIA

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Fabián Hernández / VANGUARDIA

La cita es en Vanguardia y él acude sin reproches a pesar de que está encima la celebración del Día del Fútbol Santandereano, que todos los fines de año reúne a los jugadores de la región en la Cancha Marte de Bucaramanga.

La sala de entrevistas estaba ocupada, pero para él no es problema, “tranquilo, en cualquier rincón nos acomodamos”. Así de descomplicado es Orlando Morales Silva, el popular ‘Pocheche’, un bumangués de 65 años que respira fútbol y que le dejó la mejor herencia a los jugadores santandereanos: el reconocimiento todos los diciembres.

Falta un día para el gran día y su teléfono no para de sonar, pues debe ajustar los últimos detalles: que los uniformes, que la hidratación, que los invitados; en su bolso guarda varios papeles con la programación de la jornada, que tiene como plato principal el duelo entre los veteranos del Atlético Bucaramanga y del Cúcuta Deportivo.

Con una pregunta ¿qué anécdotas recuerda del día del fútbol santandereano? fue suficiente para que ‘Pocheche’ tome su celular, lo ponga en modo silencio, deje a un lado su bolso y responda “cuánto tiempo tenemos, porque son muchas (risas)”. Primero hizo la salvedad de que las contaba con mucho respeto y que sentía especial cariño por los protagonistas, y después sus jocosos apuntes y lenguaje coloquial y muy particular hicieron sonreír a la secretaria que estaba cerca.

“A Valenciano (Iván René) lo traje, le pagué su pasaje aéreo, lo recogí en el aeropuerto y lo llevé al hotel. Se quedó dos días en el hotel y cuando llegó la hora del partido me apareció en estado de embriaguez y se cayó de la camilla de masajes donde se acostó”.

¿No jugó ni un minuto? “No se podía ni parar, es que no tuve la viveza de mirar que la habitación del hotel tenía una nevera cargada con trago y me la recargó tres veces. Era otra época de Valenciano, ahora está muy juicioso”.

“A Higuita (José René) lo contraté, le mandé su adelanto, porque era lo primero que exigía, además de buen pasaje aéreo. Faltando dos días lo llamé porque no me contestaba, cuando me contestó me dijo que estaba en Arabia Saudita, porque ‘Pacho’ Maturana se lo había llevado para trabajar en el cuerpo técnico de un equipo de allá; pero la pregunta del millón, le dije: José René y cuando me reembolsa los dos ‘palitos’, me respondió que aquí me están pagando por camionados, cuando llegue a Colombia cuadramos y aquí sigo esperando sentado en Vanguardia”.

“En otra ocasión, monté el partido de las viejas glorias del Atlético Bucaramanga contra las viejas glorias del Unión Magdalena. La gente me decía que no podía faltar el ‘Pibe’, pero averigüé y me salía muy caro. El día del partido la gente seguía preguntando por el ‘Pibe’ y apareció un tipo con la melena del ‘Pibe’, guayos y todo el cuento, tenía mucho parecido. Le entregué el uniforme del Unión y todos tenían que ver con él, no por su juego, porque era malito, pero sí por su parecido. Desde ahí nació el ‘Pibe Santandereano’, un señor que trabaja en el mercado de las pulgas, y que siempre se aparece para jugar”.

El Día del Fútbol Santandereano ya tiene más de 20 años y nació, como dice ‘Pocheche’, “para rendirle un homenaje a aquellos futbolistas que dejaron huella y muchos de ellos ya habían quedado en el olvido”. Es una labor titánica, porque no encuentra apoyo de los entes gubernamentales y se las arregla con la colaboración de algunos amigos empresarios y la boletería para “por lo menos no perder dinero”.

El reencuentro de todos los años

El día que esperado para Pocheche llegó. Era la tarde del viernes 27 de diciembre, día de la posesión del nuevo gobernador de Santander, Mauricio Aguilar, situación que le quitó clientes.

La cancha Marte lucía espléndida, aunque muchos aún recuerdan con nostalgia la cancha de arena. Los más veteranos no logran adaptarse al terreno, que con el recio sol genera ampollas en los pies, pero eso no es impedimento para demostrar que aunque los años pasan, la técnica sigue intacta y así lo ratifican Jorge Ramoa, Óscar Muñoz, Alex Luna, Robert Villamizar y Julián Téllez, entre otros.

La asistencia, quizá fue la más pobre de los últimos años, pero ‘Pocheche’ sabe disimular la pérdida de “mal contados, tres millones”, con su entusiasmo característico.

Viste con orgullo la camiseta del Atlético Bucaramanga y corre de un lado para el otro para tener a gusto a sus invitados.

En esta ocasión, el humorista César Corredor, que siempre aparece en el acontecimiento, y el periodista Sergio Prada, que recientemente ganó el partido más difícil, recibieron un merecido homenaje.

Los pocos asistentes, gozaron de una tarde de fútbol, en la que vieron a varios de los referentes del balompié santandereano; y Pocheche dejó su ‘segunda casa’ con “el bolsillo pelao”, pero con la satisfacción del deber cumplido.

El popular ‘Pocheche’

Sin duda, es de los personajes más reconocidos del fútbol santandereano ¿Quién de esa familia no lo conoce? Nació en el barrio Girardot y desde niño solo quería jugar fútbol y ver al Atlético Bucaramanga. Se escapaba del colegio y siempre terminaba en el estadio Alfonso López.

Soñaba con ser futbolista profesional y defender los colores de su querido ‘Leopardo’, pero “era muy maleta”. Entrenó con Américo Montanini, ‘Coco’ Forero, Norberto Anaya, pero a los 18 años dejó de insistir y aceptó la invitación de Álvaro ‘El Pipa’ Solarte, quien lo acercó como ‘aguatero’ a las divisiones menores del Atlético Bucaramanga.

En 1979 pasó al equipo profesional y sus estudios en la ‘Universidad de la Vida’ le permitieron adquirir conocimientos para ejercer como kinesiólogo y utilero del club durante 17 años.

Disfrutó como pocos de su estadía en el Atlético y recuerda con cariño a jugadores como ‘El Papo’ Flórez, Jorge Ramoa, Miguel Oswaldo González, ‘El Nene’ Díaz y ‘La Foca’ Landaburu, entre otros.

Para él, Américo Montanini, ‘Cuca’ Aceros y ‘Papo’ Flórez son los mejores de la historia búcara.

Después de su paso por el Bucaramanga, se preparó más, tomó cursos para convertirse en director técnico y se transformó en el precursor del fútbol femenino de la región, cuando en alguna ocasión, en los 80, en una práctica de la Selección Santander en la Cancha Marte, vio a un grupo de muchachas que entrenaba a un costado. Poco a poco tomó partido y es sin duda es uno de los baluartes para que el fútbol femenino de la región tomara vuelo.

A principios de los 90, se atrevió a poner en el terreno de juego a una mujer, María Peña, en la gran final del tradicional Torneo de la Cancha Marte, en un hecho histórico, así como cuando rompió el récord de mayor tiempo jugando fútbol de un equipo femenino, 12 horas continuas.

No pasa ningún día sin recordar a su esposa Lucila Martínez, que falleció 10 años atrás. Él es un hombre alegre pero cuando habla de ella, inmediatamente lo invade la melancolía. No toma trago, vive con un hijo (Rolando), se cuida del azúcar y sigue trabajando en el fútbol, con equipos femeninos y también dirigiendo elencos masculinos de algunas empresas.

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Publicado por Néstor González Álvarez

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