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Juan Pablo Remolina
Jueves 09 de septiembre de 2021 - 12:00 PM

La muerte de la planeación estratégica

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El título de esta columna es uno de los mensajes centrales del reciente libro de Alejandro Salazar Yusti, La estrategia emergente y la muerte del plan estratégico. En el marco de Ulibro 2021, tuve la oportunidad de asistir al “Encuentro con el autor”, en el que Salazar compartió sus reflexiones bajo la moderación del rector de la UNAB, Juan Camilo Montoya. Antes de que se iniciara el panel noté que muchos asistentes compraban el libro. Yo estaba bastante escéptico pues es recurrente escuchar personajes usando palabras novedosas que generalmente terminan vacías. Pero sus comentarios me sorprendieron gratamente. Son desafiantes y provocadores. Al finalizar el conversatorio no solo compré el libro, sino también terminé pidiéndole al autor que me lo firmara.

El libro es apasionante, particularmente para aquellos interesados en asuntos gerenciales. Está lleno de citas, ilustraciones e historias, pero sobre todo de solidez, donde cada palabra cuenta. Es un compendio de aprendizajes de su autor, producto de 28 años de consultoría a más de 250 empresas incluyendo a las principales multilatinas de Colombia. No en vano este libro se ha convertido en el más vendido en Amazon dentro de la categoría Economía y Negocios. Sus postulados dan respuesta a la angustia recurrente de los miembros de una empresa: el fracaso de la Teoría de la Planeación Estratégica. En contraposición, Salazar propone la Teoría de la Estrategia Emergente, la cual plantea una filosofía o una forma de pensar, en lugar de una metodología.

La teoría se denomina emergente porque a diferencia del modelo tradicional en el que la estrategia es impuesta por una élite o un consultor, esta surge de una conversación sincera y permanente entre los diversos miembros de la organización, y del choque con el mercado y la realidad. Es decir, por un lado, la estrategia no está en un solo individuo sino en la mente colectiva de la empresa. Y, por otro lado, incorpora los resultados no buscados, producto de la ejecución. De esta manera, se rompe con paradigmas que establecen que la estrategia está desligada de la implementación y que solo unos seres superiores están en capacidad de contribuir en su formulación. Con este tipo de conceptos y el desarrollo de ocho principios, se busca evitar lo que Salazar llama “sonambulismo estratégico”, y lograr un posicionamiento único en el mercado. Un libro que vale la pena leer.

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