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Mauricio Cabrera Galvis
Sábado 10 de octubre de 2020 - 12:00 PM

La Academia y la Reactivación

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¿Cuáles son las propuestas de la academia para reactivar la economía ante la crisis de la pandemia? Para dar elementos para responder esta pregunta, el diario Portafolio hizo un interesante sondeo entre los decanos de las facultades de Economía de 6 universidades colombianas, 3 de Bogotá -Nacional, Javeriana, Externado- y 3 de provincia –Icesi, Eafit y del Norte.

Por definición la academia es plural y diversa, por lo que no es posible decir que la opinión de los decanos sea una posición oficial de la universidad, ni mucho menos que todos los profesores de las facultades tengan que aceptarla como una orden; sin embargo si refleja una tendencia de cuál puede ser la orientación mayoritaria de la línea de formación que están recibiendo los jóvenes economistas.

Lo primero que resalta en las respuestas es el consenso total sobre la necesidad de aumentar el gasto público financiado con mayor endeudamiento y de políticas para generar empleo. En dos recetas coinciden todos: una, políticas públicas para la generación de empleo y otra, mayor inversión pública en obras de infraestructura; además varios de ellos plantean el aumento de las transferencias y subsidios del Estado tanto a los hogares (Ingreso solidario), como a las empresas para defender el empleo (PAEF).

Es un cambio total de paradigma. Ahora todos somos keynesianos. Atrás quedaron las épocas en que las obsesiones de los economistas eran la inflación y el déficit fiscal, y el remedio el recorte el gasto público junto con la restricción monetaria. Es posible que en el futuro vuelvan a aparecer estos problemas, pero ante la gravedad y las características de la crisis actual la academia tiene la sensatez de reconocer que el problema actual es la falta de demanda y que la intervención del Estado es indispensable ante las limitaciones y equivocaciones de las fuerzas del mercado.

No están solos los decanos en su nueva visión. Hasta el FMI ha dejado de lado su tradicional exigencia de austeridad fiscal y reducción de la deuda pública, y por primera vez está haciendo prestamos directos a los gobiernos como el de Colombia –ya no a los bancos centrales- para financiar el gasto público. Por su parte los bancos centrales dan más énfasis al objetivo de generar empleo y hasta se planean metas de aumentar la inflación. Sorpresas te da la vida.

Es interesante también señalar lo que no dicen los decanos, es decir las políticas de reactivación que no contemplan dentro de sus propuestas. Tres ausencias son significativas: el papel de los entes territoriales, la vivienda y las exportaciones.

Solo uno de los decanos menciona que los programas de obras públicas deben ser intensivos en mano de obra, y que los deben ejecutar departamentos y municipios. Tal vez es un rezago de centralismo que, aún para los decanos que viven en provincia, solo sea relevante el gasto público del gobierno central y no presten atención a la crisis fiscal de los gobiernos territoriales, que no han recibido ninguna ayuda del nivel nacional.

También llama la atención que no incluyan los estímulos a la vivienda, que es uno de los programas estrellas del gobierno. En cuanto a las exportaciones, tal vez son conscientes de que la pandemia ha llevado al cierre de las economías, y que se debe volver la mirada a la protección y expansión del mercado interno. Otro significativo cambio de paradigma.

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