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Bucaramanga
Tóxicos de mercurio y cianuro río abajo del Páramo de Santurbán en Santander
Un mercado negro, que controla la comercialización ilícita de mercurio, patrocina el proceso de extracción ilegal de oro en el municipio de California, Santander. Esta red clandestina, con sede en Bucaramanga, es el primer eslabón en una larga cadena de actores ilegales que son responsables de la grave contaminación detectada con metales pesados, altamente nocivos para la salud humana, de la quebrada La Baja y los ríos Vetas y Suratá, que están conectadas a la cuenca hídrica que nace en el Páramo de Santurbán.
Según la Organización Mundial de la Salud, este metal es un agente cancerígeno y su exposición, así ocurra en pequeñas cantidades, (como estaría sucediendo en la actualidad en la zona de minería ilegal de California), puede causar graves problemas en el sistema nervioso, el aparato digestivo, la piel, los pulmones, los riñones y los ojos, entre otros órganos.
Desde el lunes 16 de julio de 2018 Colombia prohibió el uso de este metal, de acuerdo a la ley N°1658. La norma se expidió debido a los impactos ambientales en el aire, el agua y el suelo que ponen en riesgo los ecosistemas y la salud de las personas expuestas a esta sustancia, tanto de manera directa por parte de los mineros, como indirecta, en relación a sus entornos familiares, zonas comunitarias y ecosistemas aledaños.
Hace cuatro años, el entonces ministro de Ambiente del país, Luis Gilberto Murillo, aseguró, cuando se protocolizó esta prohibición, que “desde hoy los mineros deberán continuar sus actividades sin el uso de mercurio. Con esta medida se reducen las emisiones y liberaciones en el medio ambiente, que son altamente contaminantes. Esta ley contribuirá a disminuir el mercurio en el aire, agua, suelo, flora y fauna, mejorando la calidad ambiental y disminuyendo la exposición a los riesgos que tiene para la salud de mineros y la población en general”.
Pero esta optimista declaración no puede estar más alejada de la realidad que vive Santander en la actualidad.
Vanguardia accedió a varias fuentes que aseguraron que pese a la prohibición de su comercialización hace cuatro años, en la actualidad se sigue utilizando este químico, convirtiéndose en el principal vector de contaminación por metales pesados de la quebrada La Baja (donde se ubican tanques para moler la piedra con oro que se extrae de las minas)y los ríos Vetas y Suratá.
El episodio más reciente, que sustenta la anterior afirmación, ocurrió el pasado 23 de febrero, cuando la Gerencia de Operaciones del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga detectó “con gran preocupación que los análisis de laboratorio de las muestras de agua cruda tomadas a las 6:00 a.m., a la entrada de la Planta de Tratamiento de Bosconia, arrojaron una concentración de mercurio total de 100 UGHG/L (microgramos de mercurio por litro de agua) cuando la norma establece 2 UG HG/L”.
Este registro significa que el aumento de trazas de mercurio se elevó, en este episodio, 49 veces por encima del límite permitido. Toda una alerta para el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, que garantizó la potabilidad del agua que se consume en la ciudad, y que observó con preocupación la calidad del líquido que recibe de estos afluentes. A su turno, la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, explicó que la principal hipótesis de este alarmante indicador hace referencia a la minería ilegal en la provincia de Soto Norte. Alimentada por un tráfico ilegal de mercurio desde la capital santandereana.
El gerente del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, Hernán Clavijo Granados, afirmó que “el Acueducto no es la entidad pertinente para emitir juicios respecto al grado de contaminación de las fuentes. La presencia de los contaminantes citados, no es una situación nueva en esta fuente y es de conocimiento público que obedece a la ejecución de actividades antrópicas (actividad humana) en la parte alta de la cuenca del río Suratá”.
Así opera el ‘cartel del mercurio’
Una persona que participa en el tráfico de mercurio en el municipio de California, Santander, le explicó a Vanguardia cómo opera este mercado negro. Con varias décadas como minero artesanal en la provincia de Soto Norte, este minero afirmó que desde que se prohibió su comercialización y uso, algunos distribuidores de Bucaramanga siguieron surtiendo a la minería ilegal.
La fuente agregó que el mercurio, por ser utilizado en envases muy pequeños, es fácil de camuflar cuando es llevado de Bucaramanga a California. “Este mercado es igual que el de la droga en el país. Ambos son ilegales, pero pasan por todos los ojos, incluidas las autoridades y nadie se da cuenta. El tráfico de mercurio en California para los mineros ilegales funciona igual que cualquier otra cadena de mercado. Solo se necesitan los contactos adecuados y se compra...”
En el proceso de extracción de oro se utiliza, en promedio, cinco gramos de mercurio por cada gramo de oro que se extrae. “En la actualidad se saca un kilo de oro diario en California, entonces estaríamos hablando de la utilización de cinco kilos de mercurio por día. Sin embargo, todo es variable en la minería. No siempre es la misma producción. En la actualidad es muy alta la cantidad de oro que se saca de California...”
En las operaciones de minería ilegal, las personas retiran el material en unos sacos, que son trasladados a una zona conocida como de trituración. Se trata de unos tambores de considerable tamaño, junto a la quebrada La Baja, que contiene unas bolas prensadas de hierro. Allí se introduce la piedra con el mercurio por dos horas y media aproximadamente. El mercurio se usa para separar y extraer el oro de las rocas.
El mercurio se adhiere al oro, formando una amalgama. Según los expertos en salud, este es el uso más contaminante que se le puede dar a este metal pesado. En muchos casos sólo el 10% del mercurio agregado a un barril se combina con el oro para producir la amalgama. El resto, el 90%, se denomina sobrante. Mediante técnicas muy rudimentarias los mineros ilegales de California lo extraen y lo reciclan.
“A medida que la roca se va triturando, va liberando las partículas de oro. El mercurio las va atrapando. Luego lo separamos por medio de unas trampas, que son unas lonas o trapos donde el mercurio no pasa. Se exprimen esas telas y sale el mercurio para volver a utilizar. Uno tiende a recuperar la mayor parte del químico. Debemos admitir que en ese proceso un 10% en promedio se nos escapa. Entonces el mercurio va a parar a la quebrada...”, explicó un minero de California.
Esta sustancia química puede quedar en la superficie del agua o llegar hasta los sedimentos. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, “una vez está en la tierra, el mercurio cambia su forma química, principalmente a través del metabolismo de bacterias u otros microbios, y se convierte en metilmercurio, la forma más peligrosa para la salud del ser humano y del medio ambiente”.
Vanguardia intentó hablar de la posible contaminación con mercurio y metilmercurio en Soto Norte con varios expertos de la Universidad Industrial de Santander, quienes prefirieron no entregar declaraciones oficiales por lo complejo de la situación social que se registra en la región con la extracción de oro.
Una vez los mineros ilegales tienen la amalgama ocurre otro proceso que genera gran preocupación para las autoridades ambientales por los altos índices de contaminación. Esta amalgama muchas veces se calienta a cielo abierto para que se evapore el mercurio y quede el oro. Cuando esto ocurre sin un “retorta” (recipiente que se coloca invertido sobre la amalgama mientras se quema para que el vapor de mercurio quede atrapado y se condense), los vapores de mercurio escapan al aire y son inhalados por los mineros, sus familias y demás personas que se encuentren cerca. Se estima que esta práctica produce emisiones atmosféricas de mercurio de alrededor de 300 toneladas métricas anuales en todo el mundo.
Investigaciones ambientales de la ONU determinan que “cuando la amalgamación se realiza manualmente, parte del mercurio se absorbe directamente a través de la piel del minero. Generalmente la amalgamación y el quemado se hacen sin tomar medidas de protección (como el uso de retortas o guantes). El vapor de mercurio se deposita también en los hogares, sobre las superficies de preparación de la comida, y cae en el suelo y en las masas de agua locales. El vapor de mercurio representa un peligro no solo para la población local, ya que puede recorrer grandes distancias en la atmósfera”.
Un líder minero de la provincia de Soto Norte le aseguró a Vanguardia que “el mercurio de la minería ilegal afecta gravemente el medioambiente. Los indicadores biológicos son los peces y la microfauna que hay en las aguas. Nosotros sabemos de la poca presencia de peces en estas quebradas y ríos. No es que hagamos una evaluación científica técnica, pero sí sabemos por experiencias que hay contaminación.
“El mercurio atrapa el oro más grueso, el que viene en partículas más grandes. El oro y la plata más fina, no es posible atraparla con mercurio. En ese caso se hace otro proceso con cianuro. El cianuro nosotros lo sabemos neutralizar y lanzar a las aguas de las quebradas y digamos que en un recorrido de cinco kilómetros es biodegradable, ya que es de origen orgánico”.
Otro líder de la minería en Soto Norte, que también pidió reserva de su identidad, aseguró que Colombia es un país de muchas leyes, donde pocas se aplican. “En este país queremos resolverlo todo a través de una ley. El gobierno cree que sacando una ley, ya está resuelto el problema, pero no es así. Sacaron la ley que prohibía la comercialización del mercurio, pero las alternativas no llegan a nosotros. No hay transferencia tecnológica. Nos dejaron solos. Entonces el minero se ve obligado a seguir utilizando sustancias ilegales, porque la alternativa no está. Repito, nos dejaron solos. Todos utilizan mercurio. No se puede ocultar esa realidad. Y al utilizar mercurio, seguimos contaminando...”
Se estima que en la actualidad unos 500 núcleos de mineros ilegales extraen oro de la provincia de Soto Norte, de ellos, según la Cdmb, solo están caracterizados 31 en Unidades de Pequeña Minería, UPM, en busca de su formalización.
¿Qué dicen las autoridades?
La Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, anunció que se adelanta en la actualidad un trabajo con varias instituciones para hacer un seguimiento, control y sanción de la minería ilegal en la provincia de Soto Norte.
Precisamente, el pasado jueves la Procuraduría General de la Nación convocó a alcaldes de la provincia de Soto Norte, ministerios de Ambiente y Minas, además de autoridades ambientales y la Agencia Nacional de Minería para analizar el tema de la minería ilegal. En esta reunión, a la que asistieron delegados de 20 entidades oficiales, se definió un plan de trabajo.
Al respecto, Vanguardia le preguntó al delegado ambiental de la Procuraduría, Gustavo Guerrero, si en la cita se abordó el tema del tráfico ilegal de mercurio. “En la mesa de trabajo el tema del tráfico de mercurio no fue abordado, pero sin lugar a dudas es uno de los temas que se tendrá que analizar. Nosotros no nos hemos adentrado realmente a indagar en la cadena de comercialización de mercurio, sino en la identificación del desarrollo de actividades mineras sin los requisitos legales...”
A su turno, la alcaldesa del municipio de California, Genny Gamboa Guerrero, aseguró que “desafortunadamente no soy autoridad ambiental, mucho menos tengo la injerencia en la comercialización del mercurio. Mi labor se ha centrado en las actividades coordinadas con Policía, Ejército y (autoridades) ambientales”.
Pese a que este medio le formuló varias preguntas sobre la minería ilegal en la zona, la mandataria prefirió no pronunciarse. Tampoco lo hizo sobre la investigación de la Procuraduría en su contra por “presuntamente permitir prácticas mineras ilegales en la localidad”.
Por su parte, el secretario de Salud de Santander, Javier Alonso Villamizar Suárez, afirmó que “desconozco la existencia de un mercado negro de comercialización de mercurio en Soto Norte. Es importante aclarar que no es competencia de esa dependencia el control de esta actividad, sino que le corresponde a la Policía Nacional”.
Un informe de la Policía de California advierte que se han realizado diferentes operativos para controlar la minería ilegal, donde se han incautado desde explosivos hasta material químico y se han realizado varias capturas por explotación ilícita de yacimientos mineros en las veredas Angosturas, La Baja, Los Ángeles, El Centro, Cerrillos, La Inmaculada, Tronadora y La Meseta.
En tal sentido, el ingeniero químico y experto en temas ambientales Jairo Puentes Bruges alertó sobre “un estudio realizado por la UIS y la Santo Tomás, en el 2015, titulado: ‘Irregularidad menstrual y exposición a mercurio en la minería artesanal del oro en Colombia’ en el que se compararon mujeres expuestas y no expuestas al mercurio. Una de sus conclusiones fue ‘la exposición al mercurio durante la minería artesanal podría estar asociada a una mayor prevalencia de irregularidad del ciclo menstrual’. Sería conveniente actualizar y ampliar estos estudios en poblaciones cercanas a zonas mineras. Es necesario actualizar las investigaciones en Santander sobre los efectos del mercurio. Nos hace falta conocer mucha información de lo que ocurre en esta zona...”
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Periodista egresado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Creo en el poder de la palabra. En escuchar a las personas. Soy cronista, de los que están convencidos que siempre se escribe, no solo cuando se está frente a un teclado y una pantalla. Me gusta narrar historias sometido al indescifrable poder de ellas. La fuerza de lo real. Hago podcast, donde junto voces para relatar esa realidad. Estoy convencido que siempre existimos, mientras alguien nos lea.
cgutierrez@vanguardia.com