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Natalia Ortiz Mantilla: su pasión por la fotografía se expone en Roma
- Natalia es la directora de la Corporación Guaricha, entidad cultural que gestiona y desarrolla proyectos relacionados con Comunidad, Medio Ambiente y Territorio. Esta son las fotos ganadoras. Fotos suministradas/VANGUARDIA
Un día con lluvia en Roma es un día con, por lo menos, un milímetro de precipitaciones. En noviembre llueve más y, según la Rae, el olor a lluvia se llama “petricor”, una adaptación del inglés “petrichor”, creado en 1964.
De alguna manera, en Santander, el olor a lluvia que más persiste en el olfato es el que está mezclado con la tierra: ese olor intenso, precisamente, a tierra mojada.
Huele a lluvia es el proyecto fotográfico de la santandereana Natalia Ortiz Mantilla que fue premiado en la decimotercera edición del Premio Photo Iila, organización internacional italiano-latinoamericana.
“Este premio llegó gracias a la dedicación y al trabajo constante que he tenido con este proyecto”, contó Natalia a Vanguardia.
El tema fue “Vas! Vida, Agua, Salud”, inspirado en uno de los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, concretamente el objetivo número 3: Salud y Bienestar.
Las fotos están en exhibición en el Museo di Roma de Trastevere, donde también se presentan las obras de todos los finalistas del premio, entre ellos, los también colombianos Tatiana Aristizábal, que recibió una mención de honor con el proyecto El caballero del páramo (2022) y Jairo Bernal, autor del proyecto Sobreviviendo (2022).
Natalia narra sobre ese momento en que llegó la inspiración para este trabajo: “(...) Por azar, aquella vez iba sentada junto al conductor del bus y mientras descendíamos a Los Santos, vimos un nubarrón. El hombre me dijo: “Parece que va a llover, pero no confío cuando las nubes negras están allí encima – señalando El Pozo –, lo que pasa es que el viento siempre se lleva los goterones y caen en otro lado”. Así es la mayoría de las veces y en El Pozo, queda tan solo el olor que deja el agua que va a caer. En El Pozo, huele a lluvia.
Huele a Lluvia es un anhelo, es algo que falta, que siempre se espera. Sensación de ausencia, agua que no corre. Campo con sed, cuerpo endurecido. Temporal que amenaza con caer encima, inundar y saciar la sed; la gente teme que nunca llegue; ella lo sabe, pero se va y las personas confundidas se refunden entre nubes de rocío al amanecer”.
El lenguaje de la naturaleza
El ser humano le ha dado a la naturaleza un lenguaje, la fotografía, pero Natalia Ortiz Mantilla no estudió fotografía: “La gente se sorprende cuando sabe que de profesión soy ingeniera ambiental, pero luego cuando ven los trabajos o las temáticas que desarrollo en mis proyectos fotográficos entienden que esa parte ambiental siempre está ahí y realmente ese es el tema que me interesa”.
En las salidas de campo y con una cámara prestada, Natalia comenzó a contar historias de la naturaleza y de quienes la habitan en Santander.
Su docente de entonces, Édgar Mejía, le pidió hacer algo que encaminó el rumbo de Natalia: además de enfocarse en la fauna y flora y en las caracterizaciones de animales en la Ciénaga de Paredes, entre Puerto Wilches y Sábana de Torres, en sus salidas de campo también debía enfocarse en los campesinos y campesinas y en su relación con esa biodiversidad abundante, incontenible.
Su primer proyecto fotográfico, que comenzó en 2015 y que fue ganador de una de las becas de creación del departamento de Santander, se llamó “Entre canoas y atarrayas”.
“La perspectiva en mi trabajo fotográfico tiende a ser muy humana, a tratar de comprender la relación de las comunidades y el ecosistema que habitan y habitamos, siempre mezclándolo con elementos como la memoria oral, la identidad, los derechos y me interesan mucho los procesos sociales, adaptativos y de resistencia”, explica Natalia.
Sus fotos han reflejado ese interés en lugares como el Magdalena Medio y el Cañón del Chicamocha.
“Mostrar esas otras miradas que tenemos en Latinoamérica relacionadas, en este caso, con el agua, en un contexto como el romano donde el agua es bastante abundante, no es un tema que les preocupe ni que hace parte de su cotidianidad y su cultura, entonces estas diferencias son bastante interesantes y propician reflexiones”, indica.
Su trayectoria
Luego de ese primer premio en 2015, en 2019 Natalia volvió a obtener una beca departamental de estímulo a la creación y en 2020 ganó el primer puesto de fotografía en los reconocimientos a narrativas en torno al agua del Ministerio de Cultura.
Este año Natalia fue ganadora del premio iStock Inclusion grant de Getty Images, también con “Huele a lluvia”.
Y actualmente se encuentra en Roma haciendo una residencia fotográfica de un mes con “Huele a lluvia” y que hace parte del premio Photo Iila, con el fin de crear un proyecto fotográfico sobre la Ciudad Eterna.
La obra se presentará luego como parte de la próxima edición del Premio, en la exposición de 2023.
Se trata de “enfrentar, digamos, de buena manera, la perspectiva que tienen los romanos sobre el agua y la que puedo tener yo como una mujer latinoamericana nacida en Santander, preocupada por el agua, por esas relaciones humanas y territoriales atravesadas por el agua”, dice la artista.
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Comunicadora social - periodista egresada de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Desde 2005 hace parte del equipo de Vanguardia, trabajando en crónicas y reportajes premium, los cuales se enfocan en temáticas culturales, población Lgbt, y mujer y género.
Ganadora de un premio Luis Enrique Figueroa en 2007 con ‘Aquí estamos pintados’ y un premio CPB con ‘Diario de una bulimica’ en 2008.
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