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Guanentá
Sábado 18 de julio de 2020 - 12:00 PM

Cacao, una opción para los extabacaleros del departamento

Un ejemplo de esta realidad es el proyecto adelantado en San Joaquín, un municipio de la provincia Guanentina, ubicado a casi 70 kilómetros de San Gil, 30 de ellos por carretera destapada.

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Cortesía  / VANGUARDIA
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Tabaco por cacao. No es un cambalache ni un trueque. Se trata de un proceso de cambio en el que trabajan un grupo de campesinos de Santander que este año se vieron en la obligación de abandonar el cultivo tradicional de la hoja base del cigarrillo, para pasarse a otra que también es base, pero del chocolate.

Abrumados por la realidad de quedarse sin una empresa cliente para venderles la producción en 2020, los tabacaleros decidieron buscar nuevas alternativas. En Villanueva, algunos como Luis Álvarez Bohórquez abandonaron la actividad agrícola y migraron a buscar otras alternativas de tipo comercial, así esto conllevará dejar el campo, su hábitat natural.

Otros, en cambio, siguieron sembrando, nada más que cambiaron de cultivo. Aquí es donde el cacao se presentó como una oportunidad. Un ejemplo de esta realidad es el proyecto adelantado en San Joaquín, un municipio de la provincia Guanentina, ubicado a casi 70 kilómetros de San Gil, 30 de ellos por carretera destapada.

Este municipio tradicionalmente agrícola se ha visto impactado por el comportamiento del mercado de la agroindustria, obligando a sus cultivadores a mirar otras opciones de cultivos. Carlos José Díaz Quintero, alcalde de la población, recordó que inicialmente el fique era su insignia.

Los malos precios y la baja demanda de los productos elaborados por este material, debido al auge de los plásticos y otras materias primas, hizo que la gente migrara a la siembra de frutos y hortalizas, acompañados por supuesto del tabaco. En este último estaban más de 50 productores.

Estos mismos trabajan hoy en la implementación de hectáreas sembradas de cacao en un lugar particular para la siembra de este alimento.

Jaqueline Vargas Barbosa, gerente de la Federación Nacional de Cacaoteros, Fedecacao, capítulo Santander, entidad que acompaña el proceso liderado por la alcaldía local, indicó que aunque en la parte alta de esta población las condiciones climáticas son muy frías y húmedas para los cultivos de cacao, en la parte baja – cerca al Cañón del Chicamocha – se cumplen con las condiciones climáticas y de suelos necesarias.

Cada cultivador está trabajando con una hectárea, ya hay 10 en producción. La meta es llegar a las 50 hectáreas, indicó Díaz Quintero.

Víctor Almeida Ramírez es uno de los agricultores que por obligación tuvo que dejar el tabaco, cuyo cultivo conocía desde que empezó a caminar. “Mi papá vivió más de 40 años solo del tabaco”, contó este hombre de 34 años.

Ubicado en la vereda Ricaurte, justo al lado del río Chicamocha, afirmó que su primera siembra va a ser de 2.000 plántulas, un poco más de una hectárea. “Estamos preparando todo para la siembra, mientras tanto buscamos la ‘papita’ para la familia con otros cultivos y haciendo jornales. Eso uno se la rebusca”, aseguró.

El cultivo de cacao dura cerca de tres años en ser productivo. La recomendación a cada productor es que cuando solo se dedica a este producto tenga en producción mínimo tres hectáreas para que sea rentable, pero cuando hay otra clase de siembras, una hectárea está bien para empezar.

El mismo proceso de cambio que se adelanta en San Joaquín se está implementando en otros municipios con extabacaleros. La gerente de Fedecacao informó que en Cepitá se adelanta un proceso con cinco hectáreas y en Umpalá, corregimiento de Piedecuesta, de 30 hectáreas, con un productor por hectárea sembrada en cada uno de los ejercicios.

Así mismo, en San José de Miranda hay un proyecto piloto de un vivero con 2.000 plántulas para el desarrollo de pequeñas parcelas.

Vargas indicó que para cambiar el cacao por tabaco se tiene que evaluar primero las condiciones climáticas. Por ejemplo, en el caso de Barichara y Villanueva, el verano constante y la falta de acceso al agua son limitantes que se tiene que evaluar muy bien.

¿Por qué cambiaron?

En junio de 2019 la multinacional Philip Morris International, PMI, le anunció a Colombia, y especialmente a sus productores, que no renovaría ni firmaría más contratos de compra de hoja de tabaco, por lo que esa, la del año que acaba de pasar, sería su última cosecha.

En Colombia solo tres empresas compraban tabaco y PMI era la segunda en cuanto a cantidad. De acuerdo con las cifras de la Federación Nacional de Tabacaleros, Fedetabaco, en 2019 en el país se produjeron 3.576 hectáreas con esta emblemática hoja, de las que 1.259 fueron compradas por la PMI

Por esta decisión se afectó el sostenimiento de 1.340 familias en el país dedicadas a esta actividad, de las que 987 son santandereanas, ubicadas especialmente en los municipios de Curití, Villanueva, San Gil, Barichara, Jordán y Aratoca. Se calcula que se dejaron de sembrar 1.096 hectáreas, 602 en el departamento.

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Publicado por Jorge Rios

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