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area metropolitana/bucaramanga
Jueves 16 de marzo de 2023 - 12:00 PM

El microtráfico está carcomiendo a las comunas de Bucaramanga, qué se está haciendo

Están identificados 87 puntos específicos en donde se ofrecen, se venden y se consumen, a diestra y siniestra, drogas alucinógenas. La denuncia la hacen los vecinos y los propios padres de familia de los jóvenes consumidores. Qué están haciendo las autoridades para frenar esta problemática

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 / VANGUARDIA
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En una esquina de Palogordo, una especie de ‘olla’ del popular barrio Regadero, muy cerca a la cancha ‘La Bombonera’, muchos jóvenes se reúnen, no a practicar fútbol sino a consumir marihuana.

En esa misma comuna, en los colegios que tienen sus asientos en Ciudad Norte, los propios estudiantes acceden a estas sustancias alucinógenas en las aulas.

De hecho, el 18 % de los jóvenes encuestados en esa comuna, que tienen entre 13 y 15 años, admitió haber consumido algún tipo de sustancias sicoactivas durante los últimos meses.

Lo más grave es que esta problemática no es exclusiva del sector de Regadero. Según los ‘Encuentros Ciudadanos’, que promovió el programa Bucaramanga Metropolitana Cómo Vamos, BMCV, en 12, de las 17 comunas de la ciudad, se identificó a la drogadicción en niños y jóvenes como uno de las principales problemáticas que afectan a tales vecindarios.

“Aquí, en Morrorrico, es tanta la facilidad con la que se consigue la marihuana, que incluso los alumnos la camuflan en los morrales y hasta en las meriendas del recreo”, dijo uno de los padres de familia, cuyo hijo está preso de las drogas.

Otro jefe de hogar de la Comuna 14 de Bucaramanga, visiblemente preocupado por esta problemática, dijo: “Para nadie es un secreto que los expendedores de estupefacientes se las ingenian para distribuir la droga en las cuadras de nuestro barrio; pero en el sector en donde yo vivo, La Independencia, podría decir que vivimos en una auténtica Calle del Bronx. Aquí se consigue droga tan fácil como comprar un panela en una tienda”.

Las denuncias, que hicieron parte del conversatorio que se celebró el pasado miércoles en la Unab, con motivo de los referidos ‘Encuentros Ciudadanos’, se recordó que varios estudiantes de la Ciudadela Real de Minas confesaron cómo varios compañeros, durante los recreos, ofrecen drogas alucinógenas que son camufladas en brownies y en paletas.

Para los concejales que asistieron al certamen del Programa BMCV, “hay testimonios y relatos de jóvenes y padres de familia de cómo este accionar va en aumento, no solo en la Comuna de La Ciudadela, sino también en otras instituciones educativas del área metropolitana de Bucaramanga”.

“Las pesquisas de esta peligrosa red de microtráfico en los salones están certificadas con videos, los cuales permitieron identificar el ingreso y la venta de las drogas en esos planteles”, recordó el concejal Jaime Andrés Beltrán.

Dentro del diagnóstico que entregan las propias autoridades policiales, el consumo de alucinógenos en estudiantes tiene a Bucaramanga en el cuarto puesto de jóvenes que en el país padecen el flagelo de las drogas, siendo la marihuana, la cocaína y otras drogas sintéticas las más apetecidas por el estudiantado.

Hablan los expertos

Para Germán Andrés Cortés, profesor titular del Programa de Psicología de la Unab, “en este asunto de los focos de drogadicción en las comunas de Bucaramanga no se trata solo del consumo en sí mismo de drogas alucinógenas, sino todo lo que está asociado en las comunas”.

“Aquí hay un tema finalmente de marginalización y hay un asunto de pobreza extrema. Eso tiene que leerse también de manera muy integrada. Es preciso asumir y analizar los compromisos que tienen que ver con lo familiar, con lo comunitario, con las mismas aulas y con las instituciones de promoción y prevención del consumo de sustancias sicoactivas”.

De acuerdo con Johanna Acevedo Cárdenas, directora del Programa BMCV, “en muchos barrios nos mencionaban que la drogadicción es una consecuencia de que los jóvenes no tengan nada que hacer cuando se gradúan del colegio”.

Ella recordó como que “uno de los retos de la comuna Suroccidente, por citar solo una zona, es el de desterrar la drogadicción. Frente a esta misión los vecinos refieren que se quedan callados porque no pueden hacer nada, aun menos sin el apoyo de la Policía. A esto va unida la necesidad de reducir el microtráfico, pues incentiva a que los jóvenes caigan en las drogas. Hay que mantener ocupados a los jóvenes para que no permanezcan en la calle, por ejemplo, actividades deportivas”.

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Publicado por Euclides Kilô Ardila

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