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Bucaramanga
Jueves 14 de noviembre de 2019 - 12:00 PM

Estudiantes son atacados por mal manejo de redes sociales

Según los expertos, algunos comportamientos que parecen ser ilógicos entre los menores están influenciados por la autonomía que adquieren desde el momento que tienen, en propiedad, un dispositivo con conexión a internet. El tema se les salió de las manos a los padres de familia.

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A través del ‘juego de la asfixia’ se priva al cerebro de oxígeno, lo que podría desencadenar algunas  consecuencias para la salud, como: convulsiones, pérdida de memoria, dificultad de concentración, daños cerebrales y desmayos. (Foto: Banco de Imágenes  / VANGUARDIA)
A través del ‘juego de la asfixia’ se priva al cerebro de oxígeno, lo que podría desencadenar algunas consecuencias para la salud, como: convulsiones, pérdida de memoria, dificultad de concentración, daños cerebrales y desmayos. (Foto: Banco de Imágenes / VANGUARDIA)

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A través del ‘juego de la asfixia’ se priva al cerebro de oxígeno, lo que podría desencadenar algunas consecuencias para la salud, como: convulsiones, pérdida de memoria, dificultad de concentración, daños cerebrales y desmayos. (Foto: Banco de Imágenes / VANGUARDIA)

A través de las redes sociales se ha logrado viralizar todo tipo de información. Entre ellas están las prácticas peligrosas, donde la vida de adolescentes y jóvenes se ve altamente comprometida. Estas imágenes parecen cobrar cada vez más reproducciones.

El ‘juego del desmayo’, también conocido como el ‘juego de la asfixia’, es una de esas. Hace no menos de cuatro años, se conoció un caso donde unos estudiantes de un colegio de Santander presionaban fuertemente la parte torácica de una estudiante hasta que ella experimentara esa sensación de mareo y desvanecimiento.

En las últimas horas, un nuevo reto, con características muy similares al mencionado, salió a la luz pública, gracias a que se difundió un video donde se evidencia a varios estudiantes de una institución educativa de Barrancabermeja desmayados o con pérdida de consciencia, luego de que fueran sofocados o estrangulados intencionalmente.

Si bien no se sabe qué tanta población menor de edad en el departamento lo ha experimentado, sí es necesario tomar cartas en el asunto. Vanguardia habló con dos expertos sobre el tema.

Uno de ellos es Gladys Martínez, docente del programa de Psicología de la Universidad de Santander, Udes, quien explicó que estas prácticas indebidas, sin duda, atentan contra la integridad de la persona.

“Por ser retos se convierten en acciones virales que le impide a los estudiantes y a quienes lo practican medir y tener control. Los retos pasan a convertirse en acciones desmedidas, buscando así aprobación, reconocimiento. Hay que evaluar las condiciones de esos niños que practican esos retos, porque estaríamos hablando de ausencias y vacíos de orden psicológico, emocional, afectivo e incluso familiar”, subrayó Martínez.

No obstante, para la docente es fundamental que los padres y los hijos aborden este tipo de temas a través del diálogo y una muy buena comunicación. También es necesario que los adultos indaguen e identifiquen cuáles son las necesidades y los vacíos para que los empiecen a atender con prontitud, ya que generalmente ese tipo “juegos” se deben a ausencias y vacíos.

A su turno, Jesús Redondo, docente e investigador del programa de Psicología de la Universidad Pontificia Bolivariana, manifestó que los comportamientos de los jóvenes se están viendo influenciados por diferentes modelos que se dan a conocer a través de las redes sociales y que no son del todo correctos.

“Los jóvenes están jugando con su salud. No hay una supervisión de adultos, ni de profesionales, porque en las redes pocas cosas están limitadas o filtradas. En la mayoría de casos, los menores que se encuentran en pre adolescencia y adolescencia que son etapas donde experimentan muchos cambios físicos y sociales y hasta ganas de pertenecer a ciertos grupos”, precisó Redondo.

Quien aseguró que actualmente, en la mayoría de casos, el 90% de los padres no están supervisando la vida real de sus hijos y menos del contacto que tiene con la Internet.

“Es necesario que los padres creen espacios de confianza y de diálogo para que los hijos puedan hablar. En muchos casos, los comportamientos que tienen los menores son por falta de atención”, acotó el investigador de la UPB.

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Publicado por Ingrid Paola Albis Pérez

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