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Viernes 21 de mayo de 2021 - 12:00 PM

Israel-Hamás: El círculo vicioso de un conflicto

Durante 11 días, Hamás e Israel se enfrascaron en un intercambio de bombardeos que los tuvo al borde de una guerra abierta. Más allá de quién inició este nuevo brote de violencia, el conflicto no se puede reducir al problema específico de Gaza, sino a temas pendientes como la ocupación israelí o la disputa por Jerusalén, que han profundizado aún más la polarización y el radicalismo.

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Fotoilustración / VANGUARDIA
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La reciente escalada bélica que enfrentan a Hamás e Israel, quienes actualmente mantienen un frágil cese el fuego, es la definición de un perenne círculo vicioso que alimenta el odio y el extremismo en Oriente Medio.

Violencia que no se había visto desde la última guerra en Gaza, en 2014, con el riesgo latente de desatar otra a gran escala.

A esto se le se suman los disturbios urbanos en Cisjordania y Jerusalén entre árabes y judíos, en medio de divisiones internas y crisis de liderazgo de ambas partes.

Pareciera, entonces, que la violencia se ha convertido en la única salida en esta región, y vivir lado a lado en paz, resulta un imposible. Lo que a todas luces, es un recordatorio de que el statu quo del conflicto israelo-palestino es tan frágil como la tregua.

Egoitz Gago, profesor de Ciencia Política de la Universidad Javeriana, recuerda que el conflicto no es nuevo y es posible que mientras no haya una solución a las cuestiones pendientes de ambas partes que conduzcan a negociaciones sinceras, seguirá por mucho tiempo.

La presencia de Hamás en la Franja de Gaza es un problema para Israel, remarca el director de la Maestría en Estudios de Paz y Especialización en Resolución de Conflictos de la Javeriana.

“Hamás es un partido político y tiene una rama militar muy beligerante con la presencia de la comunidad judía en Oriente Medio, por lo tanto esto es proceso largo y difícil de solucionar”, reconoce Gago.

Gaza es un territorio con más de dos millones de habitantes, gobernado por el grupo palestino Hamás, desde 2007, donde más del 70% son refugiados de la guerra de 1948 cuando se creó el Estado de Israel, y el 80% de la población depende de ayuda humanitaria. Y sufre de paso, un bloqueo por parte de Israel y Egipto.

Efectivamente, Gago explica que la Franja de Gaza no solo está bajo control de Hamás, sino que tampoco se lleva bien con la Autoridad Nacional Palestina, que preside Mahmud Abás. Sin contar que está de facto aislada del resto del mundo.

Otro analista internacional, Alexander Montero, opina que no hay que reducir la confrontación entre Israel y Hamás, sino también con el pueblo palestino, de lo contrario, según él, sería una “lectura miope” de la crisis.

“Hay que entender que hay una ocupación israelí a Palestina desde hace décadas, que genera una afectación diaria y un desgaste diario de los palestinos”, reitera.

En ese sentido, Montero asegura que el detonante de la actual crisis no se inició con el cohete que lanzó Hamás. Se inició con el intento israelí de despojar a familias palestinas de sus casas en Sheikh Jarrah, un barrio de Jerusalén Oriental que lo han habitado por décadas, para entregarlas a colonos judíos.

Todo esto sumado a las manifestaciones de racismo de colonos judíos en Jerusalén del Este, destruyendo propiedades palestinas y atacando la mezquita, añade.

Jerusalén ha sido un tema sensible para ambos pueblos, donde el 40% de su población es palestina. Se acusa igualmente a la ultraderecha israelí de no querer perder el control territorial, mientras los palestinos denuncian una “judaización” de Jerusalén.

La solución, a juicio de Montero, es solucionar los problemas estructurales de la ocupación, “porque mientras haya ocupación, va a seguir el conflicto”.

En la medida en que Israel pueda administrar la amenaza que representa Hamás, el analista internacional advierte que operaciones de este tipo se van a dar, recordando que esta es la quinta ofensiva armada de los últimos 13 años entre ambos bandos.

No hay absolutamente nada que garantice que la confrontación no se repetirá, porque “Israel tiene una tradición de prometer cosas y no cumplirlas”, apunta por su parte Gago.

Especialmente, según el docente universitario, cuando la situación es importante para sus intereses, como por ejemplo expulsar a palestinos de sus territorios cuando las dos comunidades ven a Jerusalén como su capital religiosa.

Si bien el cese de hostilidades entre ambas partes se logró gracias a la mediación egipcia, no se sabe qué tan efectivo y tan sólido será, menciona por su parte Jaime Rosenthal, profesor de la Universidad Externado de Colombia, quien lo considera muy frágil y en cualquier momento pueden estallar nuevos enfrentamientos.

Entre otras cosas, cita que Hamás no controla totalmente la Franja de Gaza, que allí hay otros grupos que no están necesariamente comprometidos con esa tregua, refiriéndose a la Yihad Islámica.

Rosenthal también cree que Hamás, al que Israel cataloga como un grupo terrorista, encontrará siempre una excusa o una circunstancia para subir el nivel a la confrontación y provocar esa reacción israelí.

En términos políticos, el profesor universitario dice que Hamás reaccionó con estos ataques a la decisión del presidente Abás de suspender indefinidamente las elecciones previstas justamente para hoy, 22 de mayo, las cuales no se realizan desde 2006.

“Se cancelaron culpando a Israel de torpedearlas, Abás lo hizo porque está debilitado políticamente y Hamás podría ganar cómodamente”, argumenta el experto.

Durante los últimos 15 años los palestinos se han dividido entre la Franja de Gaza, controlada por Hamás, y la Autoridad Palestina en Cisjordania, que dirige Abás. Tampoco hay que desconocer que hay nueva generación de palestinos que reivindican sus propios valores y objetivos.

En cuanto a la posición del presidente estadounidense Joe Biden frente a esta nueva crisis en Oriente Medio, Rosenthal estima que no tuvo mucho éxito y solo hasta el final su intervención fue importante.

Aunque prevé que lo que viene con respecto al conflicto israelo-palestino, es un tema en la agenda que Biden no podrá eludir y tendrá que asumir un rol protagónico.

Aunque la crisis tiene raíces muy profundas, también se habla de oportunismo político como una de las motivaciones de la actual escalada bélica entre Hamás e Israel.

En ese sentido, el analista internacional Alexander Montero subraya que sectores castrenses israelíes cuestionan que no había un plan de la operación y objetivos militares definidos en Gaza, “la confrontación terminó por una decisión política y no militar”. Lo resume en “una manipulación política del Gobierno israelí”.

A pesar de cuatro elecciones, el presidente israelí Benjamín Netanyahu no ha logrado formar un gobierno.

“Netanyahu necesita aferrarse al poder de cualquiera manera, porque si deja de ser primer ministro le espera la cárcel por la investigación que le sigue la Corte Suprema (por corrupción), necesita mantenerse allí con medidas populistas para tranquilizar a los partidos radicales”, analiza Montero.

En eso concuerda Egoitz Gago, quien no descarta que Netanyahu, quien “se ha probado como un político muy oportunista que utiliza los recursos a su alcance para mantenerse en el gobierno”, aproveche el momento para acrecentar sus posibilidades de atraer votos y apoyos.

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Publicado por Ángela Castro Ariza

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