No es casualidad ni capricho que los residentes de Cabecera, una vez más, como lo han hecho con las últimas administraciones...
La nueva cepa “N5017” en Reino Unido: ¿La gran amenaza ahora?
- Fotoilustración / VANGUARDIA
La cepa “N5017”, detectada en el sureste del Reino Unido, que hoy pone en alerta al mundo, es una muestra de que el coronavirus sigue mutando y adaptándose a medida que se propaga rápidamente y contagia a más y más personas.
Casos de esta nueva variante de la COVID-19, anunciada por las autoridades británicas el pasado 14 de diciembre tras su aparición en el condado de Kent, ya se han identificado en Gibraltar, Dinamarca, Bélgica, Italia, Holanda y Australia.
Hay razones por las cuales los científicos la vigilan de cerca: es muy contagiosa y se transmite fácilmente.
De hecho, el 60% de los nuevos contagios en Londres, capital británica, corresponde a la nueva variante del coronavirus, aunque no hay indicios de que la mutación incremente la mortalidad de la enfermedad.
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La situación es dramática: El pasado domingo Reino Unido reportó 38.000 nuevos casos, un nuevo récord diario en un país que ya cruzó el umbral de los 2 millones de contagios y los 67 mil fallecidos.
Frente a este nuevo escenario de la pandemia, buena parte de Europa y otros países, incluyendo Colombia, han cerrado sus fronteras terrestres y aéreas al Reino Unido para contener por todos los medios la propagación de esta mutación del coronavirus.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha hecho un llamado a la calma, aclarando que la nueva variante del virus no está fuera de control, y pidiendo no bajar la guardia en las medidas de bioseguridad.
Los expertos coinciden en señalar que lo fundamental, en este caso, es clarificar si la variante del SARS-CoV-2 tiene características que generen un impacto en la salud de los humanos, los diagnósticos y las vacunas.
Luis Carlos Villamil, PhD profesor de Epidemiología en la Universidad de La Salle y miembro de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina, describe a los coronavirus como una familia de virus que tienen una capacidad muy grande de estar cambiando, al igual que otros virus como la influenza.
Esto, según él, hace que la COVID-19 sea muy dinámica, y por esa razón los países montan programas de vigilancia de los virus a partir de su comportamiento molecular.
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“Los virus varían porque necesitan desarrollar mecanismos para sobrevivir en la naturaleza, necesitan perpetuarse”, remarca Villamil.
Se estima que desde su salto a los humanos, hace un año en la provincia de Wuhan, China, se han detectado dos mutaciones del coronavirus al mes, unas más agresivas que otras.
¿Afecta la vacuna?
El cambio, efectivamente está en la proteína encargada de penetrar las células, que facilita que ingrese en los organismos, pero no hay evidencia que indique que provoca mayor letalidad o que va a interferir con los procesos de vacunación, explica Villamil, que tiene un doctorado en Epidemiología de la Universidad de Reading en Londres.
En ese sentido, María Fernanda Gutiérrez, viróloga de la Universidad Javeriana, considera que algunas versiones y datos en torno a este tipo de mutación descubierta en el Reino Unido, hasta ahora son producto de la especulación.
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Se ha hablado de que la mutación iba a generar mayor infección, que se fortalecerá con el paso del tiempo, o que hay que esperar para saber cómo evolucionará, enumera Gutiérrez, quien dice que aún no hay evidencia concluyente.
No obstante, señala que sí es un hecho que este es un virus que en general muta mucho a diferencia de otros, y la discusión se centra en dónde ocurre dicha mutación.

En este caso, a juicio de la viróloga, la importancia radica en qué sitio está, es decir en la proteína S o proteína de la Espícula, que hace que el virus entre en las células y genere una respuesta inmune.
Otro factor a considerar es que todo apunta a que la nueva variante del virus, que ya tiene 17 mutaciones de golpe, tendría una mayor transmisibilidad, el 70%.
Para Gutiérrez, hasta tanto se hayan comprobado cómo funcionan las pruebas inmunológicas y las vacunas frente a esta mutación, la idea es aumentar las restricciones porque el virus cambia constantemente.
Lo mismo piensa el doctor Villamil, quien insiste en no descuidar el tema de la bioseguridad.
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“Por supuesto las vacunas son una maravilla pero no son la solución, porque se requiere la disciplina, el distanciamiento social, el tapabocas, el lavado de manos, que las poblaciones acaten las normas, si no las vacunas no tendrán el efecto esperado, que para nosotros llegarán el año entrante”, enfatiza.
Incluso, el Gobierno de Boris Johnson tuvo que tomar medidas por esta nueva cepa. Se vio obligado a aumentar el nivel de riesgo y a un confinamiento más duro en Londres y el sur del país.
Igualmente preocupa el impacto que pueda generar en el sistema sanitario.
A mayor número de casos, mayor número de consultas, atenciones hospitalarias y hospitalizaciones, concluye el profesor de la Universidad de La Salle.
